EL MUNDO
› EL EJERCITO ISRAELI VACIO NETZARIM, EL ULTIMO DE LOS VEINTIUN ASENTAMIENTOS
Ultimas imágenes de la evacuación de Gaza
La salida de los colonos de Netzarim puso fin a 38 años de ocupación israelí en la Franja. Entre hoy y mañana se realizará el desalojo de los asentamientos restantes de Cisjordania. Temen que se registre una mayor resistencia.
› Por Ferrán Sales*
Desde Jerusalén
El ejército de Israel puso ayer punto final a 38 años de colonización de la Franja de Gaza con el desalojo del asentamiento de Netzarim. La salida de los últimos colonos de la zona, sin embargo, no supone el fin de la ocupación y de las responsabilidades de los israelíes sobre este territorio, uno de los más densamente poblados del mundo. Para ello deberá antes demoler las casas, desmantelar las instalaciones militares, retirar el ejército y entregar el control del territorio y sus accesos a la Autoridad Palestina. El dirigente palestino Mahmud Abbas felicitó a su par israelí, Ariel Sharon, por la evacuación de colonias en la Franja de Gaza y subrayó la necesidad de trabajar juntos por la paz, informaron fuentes israelíes y palestinas. Mientras el gobierno de Israel ultima todos estos requisitos, sus tropas afrontan el último reto: vaciar las cuatro colonias del norte de Cisjordania (Ganim, Kadim, Sa Nour y Homesh), como lo establece el plan de Sharon.
“Básicamente ha acabado.” Con este lacónico mensaje, el general mayor Dan Harel, jefe del ejército en la zona sur de Israel, daba por terminada la evacuación de los 21 asentamientos de la Franja de Gaza, una operación que se inició hace una semana y en la que han participado más de 50 mil soldados y fuerzas de la policía. El costo económico del operativo, incluida la reinstalación de sus 8 mil colonos, es de unos 4 mil millones de dólares. La salida de los últimos colonos del asentamiento de Netzarim constituye una manera simbólica de cerrar una operación de descolonización. Esta colonia ha sido desde la fecha de su fundación, en 1972, un símbolo de la resistencia, pero también un símbolo de la opresión y de la violencia ejercidas contra la población palestina que le rodeaba. Un dato lo atestigua: los 500 vecinos de este asentamiento han podido sólo sobrevivir durante tres décadas en sus casas gracias a la protección de un batallón de soldados israelíes.
La historia de los últimos años de Netzarim ha estado marcada por episodios trágicos. En octubre del 2000, los soldados apostados en el asentamiento asesinaron a tiros al niño palestino de 12 años Mohamed Durra, en brazos de su padre, convirtiéndolo en un símbolo de la Intifada palestina. Netzarim volvió a ser escenario de otro trágico acontecimiento en octubre del 2003, cuando un comando de activistas logró infiltrarse en el acuartelamiento para matar a tres soldados, entre ellos dos mujeres militares. Se calcula que Netzarim ha costado la vida a más de un centenar de personas durante los últimos cinco años de Intifada.
El debate político que la iz- quierda y los pacifistas abrieron en torno a la necesidad de abandonar Netzarim hace dos años, debido al alto costo humano y económico que ello significaba, permitió poner las bases de un plan de descolonización que culminó ayer con la salida del último colono de la Franja de Gaza. Pero para la comunidad internacional, para aceptar la descolonización absoluta de la zona exige antes que los israelíes demuelan las casas de los colonos, tal y como se han comprometido de común acuerdo, desmonten las instalaciones militares, retiren el ejército y sobre todo entreguen el control del territorio y sus accesos a la Autoridad Palestina.
“Según el Derecho Internacional, la Franja de Gaza continuará jurídicamente ocupada por los israelíes y éstos deberán asumir sus responsabilidades con la población y el territorio, mientras no entreguen el control absoluto de la zona a las autoridades palestinas”, aseguran a modo de conclusión los informes de los organismos internacionales, que el gobierno de Sharon estudia estos días con absoluta atención. Esta es quizás una de las razones que ha llevado al gobierno israelí a entregar a los egipcios y deshacerse del Corredor de Filadelfia, la única frontera por la que los palestinos podrán entrar y salir de Gaza, según se asegura en medios diplomáticos.
El gobierno de Israel se prepara para vaciar los cuatro asentamientos de Cisjordania, que se comprometió a demoler de acuerdo con el Plan de Desconexión. Ganim, Kadim, Sa Nour y Homesh son los próximos objetivos de una operación militar que se iniciará hoy y mañana. Los soldados se preparan a hacer frente a una resistencia tenaz del movimiento colono radical, que ha tomado el control de dos de estos asentamientos –Sa Nour y Hamesh– y que ha jurado convertirlos en una nueva Masada, en referencia al enclave judío que se resistió al asedio de los romanos.
El movimiento colono radical ha encargado la defensa de los asentamientos que deben ser evacuados de Cisjordania a un ejército de jóvenes fanáticos. La policía calcula que entre 2 mil y 3 mil muchachos, en su mayoría adolescentes, se han atrincherado en las antiguas casas que los colonos de Sa Nour y Hamesh abandonaron voluntariamente hace días, en cuanto se puso en marcha el Plan de Desconexión. Han hecho acopio de víveres para resistir el asedio de los militares, pero se teme que también lo han hecho de armas y objetos contundentes con los que enfrentarse a las tropas. Portavoces del ejército aseguran que el desalojo de estos enclaves será “cuatro veces más duro” que los de Gaza. Los radicales ocultan detrás de esta posición irreductible un objetivo más importante: la defensa de los 140 asentamientos de Cisjordania y de Jerusalén, incluido el Este, donde viven en total 430 mil colonos.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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