Y después quieren una amnistía. El ejército uruguayo parece haber olvidado algunos detalles en el informe que entregó al presidente Tabaré Vázquez sobre los crímenes cometidos por las tres fuerzas durante la dictadura uruguaya. Por ejemplo, un tercer vuelo de la muerte desde Buenos Aires a Montevideo a mediados de 1978 en el que habrían viajado seis uruguayos, según denunció el diario El Observador en su edición del domingo. Este mismo diario también encontró, y publicó ayer, otro dato que los militares parecen haber pasado por alto: un cementerio clandestino en un campo de entrenamiento militar en el departamento de Tacuarembó, en el norte del país, donde oficiales habrían enterrado cuerpos hasta cinco años después de finalizada la dictadura.
“Un ex soldado del ejército aseguró que a comienzos de la década del ’90, cuando prestaba servicio en una unidad en el departamento de Tacuarembó, vio a oficiales enterrando restos humanos en un viejo cementerio que subsiste en el predio militar”, informaba ayer El Observador. El ex soldado, que pidió mantenerse anónimo, explicó que decidió denunciar la existencia del cementerio porque creía que allí podían yacer los cuerpos de algunos desaparecidos durante la dictadura uruguaya que se prolongó de 1973 a 1985.
Originalmente había hablado con periodistas de un diario local que luego trasmitieron la denuncia a colegas de El Observador, que fueron al campo de maniobras Zapará, a unos 15 km de la ciudad de Tacuarembó, y confirmaron su versión. El lugar “se encuentra escondido en medio de un espeso monte de cipreses y eucaliptos, muchos de los cuales fueron plantados en su momento por el ex militar que ahora, ‘desencantado’ con el ejército, decidió dar información”, explicaba el diario. El ex soldado aseguró que en varias ocasiones un grupo de oficiales “llevaron allí restos humanos adentro de bolsas transparentes y en urnas, y las dejaron en tumbas de este cementerio, ubicado a 100 metros de una tapera en el campo de maniobras”.
Mientras resta ver qué excusa presentará esta vez el ejército uruguayo para explicar esta omisión, ayer el comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Enrique Bonelli, intentó desligarse de la acusación de un posible tercer vuelo de la muerte, diciendo que no sabía nada y que de haberlo sabido, “lo hubiese puesto en el informe que le entregué al presidente”.