Mié 24.08.2005

EL MUNDO

Si nos acusan de asesinos, matemos a Hugo Chávez

La insólita exhortación fue lanzada el lunes por el teleevangelista norteamericano Pat Robertson y causó un escándalo.

› Por Yolanda Monge *
Desde Washington

El telepredicador estadounidense Pat Robertson, que llegó a aspirar a la presidencia y fue derrotado en elecciones primarias, ha sugerido que agentes del espionaje de su país asesinen al presidente Hugo Chávez, para que Venezuela deje de ser “una plataforma desde donde se infiltran comunistas y extremistas musulmanes”. Para Caracas, las declaraciones del pastor ultraconservador “ponen a prueba el discurso antiterrorista de la administración Bush”. Washington deslindó responsabilidad de la exhortación, calificándola de “inadecuada”.
“Tenemos la capacidad para deshacernos de él, y creo que ha llegado el momento de que ejerzamos esa capacidad”, declaró el lunes Robertson en su programa The 700 Club, emitido por la cadena cristiana de televisión. “No necesitamos otra guerra de 200.000 millones para deshacernos de –ustedes ya saben– otro dictador bien armado”, prosiguió el furibundo telepredicador. “Es mucho más fácil, sin embargo, hacer los preparativos para hacer el trabajo”, insistió e insistió Robertson. Chávez se ha convertido en uno de los mayores críticos del presidente George W. Bush, acusando a Estados Unidos de conspirar para derrocar a su gobierno e incluso para asesinarlo. La administración norteamericana ha calificado siempre esas acusaciones de “ridículas”.
El vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, replicó en Caracas que las “declaraciones criminales” de Robertson “ponen a prueba el discurso antiterrorista” de la administración Bush y se preguntó “qué hará ahora” la Casa Blanca.
“Yo no sé nada sobre la doctrina del asesinato, pero si él cree que estamos intentando asesinarlo, creo que deberíamos ir adelante con el plan”, siguió sin bromear Robertson en antena. Para el telepredicador, asesinar a Chávez “es mucho más barato que empezar una guerra”. Preguntado en una rueda de prensa sobre las declaraciones de Robertson, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dejó claro que tal idea es “contraria a la ley”, pero agregó que “un ciudadano privado puede hacer el tipo de declaraciones que quiera”.
Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano se desentendió del magnicidio al que exhortó el telepastor, quien en 1988 se postuló para la presidencia de Estados Unidos en la Convención Republicana que nominó como candidato a George Bush padre. Sean McCormack, portavoz del Departamento de Estado, declaró que la exhortación de Robertson “no representa la política del gobierno de Estados Unidos” y “no compartimos sus puntos de vista”. McCormack dijo además que “toda acusación o insinuación de que estemos considerando acciones hostiles contra Venezuela o su gobierno, cualquier idea en ese sentido, carece de todo fundamento”. Pero el embajador de Venezuela en Washington, Bernardo Alvarez, reclamó a Estados Unidos una condena “más enérgica” y acciones acordes con la legislación internacional y la de Estados Unidos.
El furioso ultraconservador Robertson fue noticia con otras declaraciones en el pasado, como cuando en octubre de 2003, por ejemplo, sugirió con extraña ironía la voladura de la sede del Departamento de Estado con una bomba nuclear. Parecida vehemencia usó en su respaldo a un programa de gobierno contra los que viven en barrios pobres o guetos, con el argumento de que esa gente “es una mancha de pecado en la Tierra”.
El telepastor, que asevera haber sufrido un “ataque demoníaco”, cerca de Seattle, también sugirió que “tal vez Satanás está al mando de ciudades importantes del país”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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