Renunció el ministro de Economía italiano y lo reemplazó el hombre al que 14 meses atrás el primer ministro Silvio Berlusconi había sacado de ese mismo cargo. Domenico Siniscalco decidió dejar ayer la cartera por las disputas internas que atormentan a la coalición gobernante por el Presupuesto de 2006 y por la negativa constante del gobierno a destituir al presidente del Banco Central, Antonio Fazio, cuestionado por obstaculizar los intentos de entidades extranjeras de comprar bancos italianos. Recién ayer el premier dijo sobre Fazio que “es incompatible con la credibilidad del país”.
Giulio Tremonti, el reemplazante de Siniscalco, había sido removido de Economía a pedido de Alianza Nacional (AN) y de la Unión Cristiano Demócrata (UDC), dos partidos de la coalición conservadora que integran el gobierno. Pedían un cambio radical de la política económica por considerarla culpable de la derrota que acababa de sufrir la coalición, en julio de 2004, en las elecciones europeas. Por ser un hombre de su confianza, Berlusconi logró reincorporar a Tremonti al gobierno nueve meses después como vicepresidente.
La decisión de volver a poner en el cargo a Tremonti obtuvo el respaldo de todos los partidos de la coalición conservadora. La AN, sin embargo, condicionó su apoyo a que Berlusconi retirara públicamente su apoyo a Fazio. Berlusconi cumplió. “La presencia (de Fazio) ya no es oportuna, no es compatible con la credibilidad de la nación”, tuvo que ceder el primer ministro. No obstante, la coalición dista de estar cohesionada. La UDC, aunque sólo un socio menor, hizo público un pedido para cambiar el liderazgo en miras a las elecciones generales del año que viene. La coalición opositora de centroizquierda Unione, que lidera las encuestas, aprovechó las internas y ya llamó a elecciones adelantadas.