EL MUNDO
Los Verdes le prendieron luz roja a Angela Merkel
Las negociaciones entre el centroderecha de Merkel y el ecologista Partido Verde colapsaron antes de la media hora para formar gobierno en Alemania, relanzando la idea de una “gran coalición”.
› Por Tony Paterson*
Desde Berlín
La líder conservadora alemana Angela Merkel no pudo conseguir ayer un acuerdo con los Verdes sobre la formación de un gobierno de coalición, aumentando la probabilidad de que forje una alianza con los socialdemócratas del canciller Schroeder para dar fin al estancamiento poselectoral. Las negociaciones entre los democristianos de Merkel y los líderes de los Verdes colapsaron luego de menos de media hora, llevando a un fin abrupto las especulaciones de que los dos partidos pudieran unirse a los liberales del FDP para formar la llamada “Coalición Jamaica” (por los colores de sus tres partidos, negro los conservadores, amarillo los liberales y verde los Verdes) a fin de romper la parálisis política alemana.
Edmund Stoiber, el primer ministro bávaro y uno de los negociadores principales de los conservadores, dijo luego de las charlas: “Nuestras diferencias eran muy, muy grandes. Más negociaciones no son posibles en este momento”. Reinhard Bütikofer, el líder de los Verdes admitió: “Las chances de lograr un acuerdo para una coalición son extremadamente pequeñas. Simplemente no estábamos preparados para ser utilizados como el motor auxiliar que ayudaría a realizar un manifiesto conservador y neoliberal”. Incluso antes de que comenzaran las negociaciones, ambos lados dudaban de la posibilidad de llegar a un compromiso sobre sus políticas diametralmente opuestas en energía nuclear, la membresía de Turquía en la Unión Europea y salud.
Las fallidas negociaciones significan que a Merkel le quedan sólo dos opciones para dar fin al estancamiento que ha paralizado la política alemana desde las inconcluyentes elecciones generales del pasado domingo, en las cuales ningún partido ganó una mayoría suficiente para formar una alianza gobernante con su compañero de coalición preferido. Merkel enfrentaba ayer la opción de intentar formar un gobierno de minoría con sus compañeros liberales del FDP y el riesgo de dejar a su futura administración abierta a sostenidos ataques de una mayoría de izquierda de los Verdes, socialdemócratas y el Partido de Izquierdas.
Su otra –mucho más probable– opción era presionar en las negociaciones agendadas para el próximo miércoles, en su intento de formar una “gran coalición” con los socialdemócratas de Schroeder. Discusiones iniciales entre los dos partidos comenzaron favorablemente el jueves, con los socialdemócratas y los conservadores, declarando que el camino estaba abierto para “discusiones concretas”. Sin embargo, ambos partidos continúan estancados sobre quién debe convertirse en el próximo canciller alemán. Merkel reclama que, como sus conservadores vencieron al partido de Schroeder por 417.000 votos en la elección del domingo, ella tiene derecho al puesto. Sin embargo, Schroeder insistió obstinadamente en que él debe quedarse en el cargo. Su partido sostiene que él debe ser canciller, ya que la elección produjo una mayoría parlamentaria de centroizquierda de socialdemócratas, el Partido de Izquierdas y los Verdes. Schroeder se negó a formar una coalición con el Partido de Izquierdas.
Ayer el diario alemán de circulación masiva Bild ridiculizó a Schroeder por su rechazo a renunciar al cargo de canciller. El diario lo retrató con una toga romana, en el papel de un Julio César de nuestros días. “¿Cuál es el problema de Gerhard
Schroeder? ¿Piensa que es el eterno canciller, como César?”, preguntaba. Varios comentaristas sugirieron que la única vía para salir del dilema sería si ambos candidatos renuncian a la candidatura o, alternativamente, acuerdan turnarse como canciller dos años cada uno.
Sin embargo, ayer los socialdemócratas dieron indicios por primera vez de estar preparados para abandonar su demanda para que Schroeder continúe en su cargo. Michael Müller, el diputado líder del grupo parlamentario del partido, urgió a los negociadores a hacer caso omiso del problema del canciller en la fase inicial de las discusiones. Henning Scherf, el alcalde socialdemócrata de Bremen, dijo: “Tengo la impresión de que Schroeder no puede bajar de la gran campaña de elecciones y su gran resultado relativo. Pero tiene que volver a poner los pies sobre la tierra luego de la euforia de la elección”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Virginia Scardamaglia.