EL MUNDO
Echale la culpa (o calumnia) a Cuba con Lula da Silva
La revista Veja –criticada como favorable a la oposición brasileña– denunció que Cuba pagó para la campaña presidencial de Lula da Silva en 2002. La Habana dijo que es una calumnia. La acusación llega en medio de la crisis política de Brasil.
› Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Echale la culpa a Cuba. La oposición brasileña volvió a insinuar que impulsará el juicio político contra Luiz Inácio Lula da Silva por los tres millones de dólares que el gobierno de Fidel Castro habría aportado para su campaña presidencial del 2002. Para los líderes del centrista Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y del conservador Partido del Frente Liberal (PFL), el caso es “gravísimo”. El jefe de los senadores socialdemócratas, Arthur Virgilio, dijo que la historia del financiamiento cubano “es verosímil” y admitió que de ahora en más tiene como objetivo “transformar” a Lula en “inelegible”, de cara a las presidenciales del año próximo.
La denuncia, publicada el sábado en la portada de Veja, reavivó la crisis que había amainado en las últimas semanas, originada precisamente en los fondos ilícitos empleados por el PT para financiar a varios de sus candidatos. Hasta el momento ninguna acusación involucró de lleno a Lula, algo que puede ocurrir si se comprueba la existencia de dinero procedente de La Habana. “El gobierno de Cuba rechaza categóricamente estas calumnias, confirma que nunca intervino en los asuntos internos de esta hermana nación, y responsabiliza de esta maniobra propagandística a los agresivos planes del imperialismo contra Cuba y contra Lula”, dijo ayer en un comunicado la embajada de ese país en Brasilia. De esa representación diplomática, según Veja, habría salido en 2002 el dinero que operadores del PT transportaron en avioneta hasta el interior de San Pablo desde donde continuaron viaje, en automóvil blindado, hasta el comité Lula Presidente, donde quedaron bajo custodia del entonces tesorero petista Delúbio Soares. Este ya confesó a la Justicia haber montado una “caja 2”, por lo que fue expulsado de su partido la semana pasada. Pero negó al semanario que parte de esos recursos tuvieran origen en Cuba.
Una de las fuentes consultadas por Veja fue el empresario Vladimir Pareto que narró cómo recibió tres cajas, que aparentemente contenían bebidas, de manos de Sergio Cervantes, alto funcionario de la embajada cubana y amigo del ex ministro José Dirceu, que en la década de 1970 vivió como asilado político en Cuba. Sin embargo, el propio Pareto, luego de la entrevista envió un mail al semanario relativizando su relato. Veja también recogió el testimonio del abogado Rogerio Buratti, un ex asesor del actual ministro de Economía Antonio Palocci, igual que Pareto. Palocci es, de hecho, el último hombre fuerte que le resta a Lula en el gabinete y su mejor interlocutor con los mercados, tras la ola de renuncias por corrupción iniciada en junio pasado.
Ayer el precandidato presidencial por el PFL e intendente de Río de Janeiro, César Maia, denunció a Palocci como el contador en las sombras de la campaña de Lula y exigió que comparezca ante las comisiones parlamentarias donde se investigan los ilícitos del gobierno. Las revelaciones de Veja han sido lapidarias para el gobierno en estos meses, tanto que los máximos dirigentes del PT sospechan de su imparcialidad. Citan como ejemplo la prédica de su principal estrella, el periodista Diogo Mainardi, y una reciente columna a la que tituló “Quiero derribar a Lula”. “Veja ya se posicionó en la disputa electoral (del 2006) como órgano oficial del PSDB y el PFL” acusó el presidente petista Ricardo Berzoini y agregó: la nota del sábado “no aportó ninguna prueba y hasta citaron a una persona muerta”, afirmó en referencia a otro ex asesor de Palocci mencionado por la revista. Berzoini descartó de plano que Cuba haya contribuido económicamente porque, dijo, “el PT conoce las leyes y sabe que ningún partido puede recibir dinero de otro país”.