Varios países europeos, entre ellos Polonia y Rumania, junto a Tailandia desmintieron ayer la existencia en sus territorios de prisiones secretas donde, según publicó el miércoles el diario estadounidense The Washington Post, la CIA mantendría presos a miembros de la organización terrorista Al Qaida. Además, la Cruz Roja reclamó a Estados Unidos el acceso a esas prisiones y la Unión Europea anunció que comenzará una investigación del tema.
“No sé nada sobre eso”, declaró ayer a la prensa el ministro polaco del Interior, Ludwik Dorn, refiriéndose a las acusaciones que involucran a su país en una red de cárceles secretas coordinadas por la CIA. Por su parte, Jerzy Szmajdzinski, quien fue ministro polaco de Defensa desde 2001 hasta el pasado lunes, dijo que el país “no detiene terroristas ni los interroga”. Los líderes rumanos también se defendieron de las acusaciones. El primer ministro de ese país, Calin Tariceanu, dijo que “no hay bases de la CIA en Rumania”, y otras fuentes oficiales declararon que el tema de acoger ese tipo de prisiones jamás se planteó a nivel gubernamental. Pero Polonia y Rumania no fueron los únicos países europeos que rechazaron el involucramiento. También lo hicieron Hungría, Eslovaquia, República Checa y Bulgaria. Además, por parte de Tailandia, el primer ministro, Thaksin Shinawatra, se unió al coro de desmentidos y declaró que su país “no tiene ningún centro de detención ni prisión secreta”.
Por otra parte, la Cruz Roja reclamó ayer el acceso a las supuestas prisiones secretas para evaluar el trato que reciben los presos, tal como hace en Afganistán o Guantánamo. La organización manifestó su preocupación “por el paradero desconocido de un número indeterminado de personas detenidas como parte de la supuesta guerra global contra el terror”, denunció la portavoz del Comité Internacional, Antonella Notari. La Unión Europea informó asimismo su decisión de realizar un análisis técnico en el que incluirá “contactos políticos para saber exactamente lo que está ocurriendo”.