EL MUNDO
Palocci camina en la cuerda no tan floja (por ahora la sostiene Lula)
El titular de Economía de Brasil sobrevivió a los rumores mediáticos sobre su dimisión, jaqueado por las críticas a su política económica.
› Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Los sitios informativos de la mañana lo daban por muerto, los de la tarde anunciaron que había resucitado. El ministro de Economía, Antonio Palocci, logró ayer, una vez más, sobrevivir a los rumores sobre su renuncia, lo que, de momento, devolvió la calma a los inversionistas. En San Pablo la Bolsa de Valores (Bovespa) abrió el día con cotizaciones negativas (hasta del -2 por ciento) y lo cerró con un alza promedio del 1 por ciento. Poco antes, en el estado de Goias y mientras se protegía de una lluvia copiosa, Luiz Inácio Lula da Silva volvió a ratificar a su funcionario, algo que ocurre casi a diario. “Palo-
cci está más fuerte que nunca”, exageró el presidente que, según una encuesta de ayer, sigue perdiendo popularidad.
Durante más de ocho horas, el titular de hacienda respondió a los cuestionamientos de la oposición en una sesión de la Comisión de Finanzas en la que hizo saber que no permanecerá en el gobierno si se altera la política económica. “No debemos cambiar el rumbo”, afirmó el ministro que, según versiones de varios medios, habría dicho lo mismo a Lula en privado. En otro tramo el ministro pareció dirigirse a sus compañeros del Partido de los Trabajadores (PT) y a su colega Dilma Rou-
sseff, ministra jefa de la Casa Civil: “Brasil no puede sufrir una nueva crisis económica en cada elección”.
En lo que va del año la gestión económica logró un superávit del 6,2 por ciento del PBI, lo que sorprendió al Fondo Monetario, con el que se pactó un ajuste del 4,25. Palocci y Rousseff (respaldada por el PT) disienten sobre qué destino dar a ese excedente: el ministro quiere mantener las restricciones al gasto, la ministra prefiere dedicar esos 2 puntos a obras públicas y acción social, claves para seducir al electorado más pobre. Lula no se disgusta con el pleito entre sus colaboradores y busca mediar entre ellos, aunque parece inclinarse hacia las posiciones de Rousseff. Al presidente lo desvela tanto la estabilidad económica, de la que Palocci es un guardián irreprochable, como su carrera hacia la reelección en los comicios marcados para dentro de 11 meses.
Para lograr ese objetivo deberá frenar el desgaste de su candidatura que, según sondeos de la empresa Sensus, sería derrotada en un segundo turno por el intendente de San Pablo, José Serra. Las proyecciones le dan 41,5 por ciento de intenciones de voto a Serra, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), contra 37,6 por ciento del presidente, que también perdió 3,3 puntos de popularidad entre septiembre y noviembre, cuando recogió el 46,7 por ciento, el menor índice desde que asumió en 2003. Son números preocupantes. Pero no lo suficiente como para librar un certificado de defunción a sus aspiraciones. Y para eso Lula sabe que deberá recurrir al expediente “populista” (según las oposición conservadora) de liberar recursos que Palocci vetó.
Palocci, líder de la oposición
La tarde de ayer estuvo dominada por los conciliábulos en los que la oposición pareció más afinada con Palocci que sus camaradas del PT. Sucede que tanto el centrista PSDB como el conservador Partido del Frente Liberal (PFL) buscan refrendar su credibilidad ante sus aliados naturales, los mercados. De allí que socialdemócratas y pefelistas evitaron, una vez más, azuzar al ministro en la Comisión de Finanzas, aunque no se sabe que pueda ocurrir hoy en la de Educación, donde volverá a comparecer. Recuérdese que el titular de Economía enfrenta acusaciones de corrupción durante su gestión como intendente de Riberao Preto, ciudad del interior paulista. Según ex funcionarios de la intendencia, el hoy ministro cometió varios ilícitos, entre ellos recaudar fondos no declarados para la campaña presidencial de Lula. Para aclarar esas denuncias deberá presentarse a una comisión investigadora el mes próximo.
Si bien es cierto que la oposición no es unánime en su actitud hacia el funcionario, hasta el momento predominó la moderación. En el PT, en cambio, continúan las embestidas contra el “monetarismo” de Palocci y más de un alto dirigente admite, a condición de anonimato, que prefiere su dimisión y el nombramiento del senador petista, y moderadamente desarrollista, Aloisio Mercadante, al que muchos ayer daban como nuevo jefe de Economía.