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Urnas “morochas”
Venezuela afronta hoy en un clima poco favorable su segunda elección de la unicameral Asamblea Nacional (AN), creada por la Constitución Bolivariana de 1999, propulsada por el presidente Hugo Chávez. Los partidos de oposición más importantes desertaron de la contienda esta semana alegando desconfianza en el sistema automático de votación y en la imparcialidad del Consejo Electoral Nacional (CNE), lo que dará por resultado un Parlamento integrado casi exclusivamente por seguidores de Chávez, durante cinco años. El tradicional partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), con la mayor representación opositora en la actual asamblea con 23 diputados, tomó la iniciativa abstencionista el martes y fue seguido por otros cuatro partidos, el conservador Proyecto Venezuela, el democristiano Copei, el de centroderecha Primero Justicia y el regional del Estado occidental de Zulia Un Nuevo Tiempo. Las elecciones serán monitoreadas por varios centenares de observadores internacionales, en particular de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE).
Sólo participarán de la contienda electoral el oficialismo, diversos partidos regionales, y dos partidos opositores de centroizquierda: el Movimiento al Socialismo (MAS) y La Causa Radical (LCR). Sin embargo, a pesar del retiro de los principales partidos, muchos candidatos hicieron caso omiso a las directivas nacionales, y no renunciaron, sus candidaturas, lo que puede llevar a graves conflictos intrapartidarios. El presidente del CNE, Jorge Rodríguez, declaró ayer que sólo 400 de los 5516 candidatos inscriptos se habían retirado. Según el gobierno, la renuncia se debió a su “convencimiento de una derrota anunciada”, ya que las encuestas dan como amplio ganador al oficialismo, a un intento de deslegitimar la Asamblea, y a una “estrategia desestabilizadora” por parte de Estados Unidos. “Estamos convencidos de que en la estrategia (del presidente estadounidense George W. Bush.) está deslegitimar estas elecciones, porque uno de los obstáculos con que tropieza en su campaña contra Venezuela es el origen legal del gobierno”, dijo el vicepresidente José Vicente Rangel.
El mayor problema de los comicios es el abstencionismo. El gobierno venezolano se mostró ayer confiado en que la participación popular en las elecciones “dará respuesta” al boicot de gran parte de la oposición. “Los últimos datos de que disponemos indican que hasta un 61 por ciento de votantes han expresado su voluntad de asistir a los comicios”, dijo el canciller venezolano, Alí Rodríguez. Sin embargo, según los líderes de la oposición, los sondeos presagiaban una gran abstención, “superior al 80 por ciento”. La oposición llamó a la no participación del electorado como muestra de repulsa al CNE, y para demostrar que el gobierno del presidente Hugo Chávez no tiene la mayoría de su lado.