EL MUNDO
El plan de paz que no va a surgir (y menos a firmarse) en Camp David
George W. Bush descartó fijar un calendario para el establecimiento de un Estado palestino y volvió a criticar a Yasser Arafat, pero sigue oscilando entre las alas diplomática y militar de su gobierno.
De momento, Estados Unidos respalda la posición de Israel. El presidente norteamericano George W. Bush y el egipcio Hosni Mubarak se reunieron ayer en Camp David y estuvieron en desacuerdo: el primero reclamó fijar una fecha para la creación de un Estado palestino, primer paso según el líder egipcio en el camino hacia la paz: el segundo rechazó la idea, afirmando que primero había que “comenzar con la construcción de instituciones”, pues “no estamos preparados para establecer un calendario específico”. Mubarak sugirió también dar una nueva oportunidad al líder palestino Yasser Arafat, a quien apuntaron una vez más los cañones de Israel tras el atentado perpetuado esta semana por la Jihad Islámica en Galilea, pero Bush reiteró que Arafat ha sido un líder “decepcionante”. La reunión con Mubarak, y la que Bush mantendrá mañana en Washington con el premier israelí Ariel Sharon, tienen el propósito de ayudar a Estados Unidos en el diseño de su plan para la paz en Medio Oriente. En tanto, en la región ayer tres israelíes y al menos siete palestinos murieron en distintos episodios de violencia registrados en colonias judías en Gaza y Cisjordania.
Tras la reunión en Camp David, iniciada el viernes, Bush y Mubarak hablaron con la prensa y quedó en evidencia la divergencia en el orden en que se plantean las prioridades para dar soluciones al conflicto israelopalestino. Bush ayer declaró no estar listo aún para dar un “calendario específico”; primero, dijo, hay que “construir las instituciones” para que surja tal estado. El presidente egipcio había acudido a Camp David, escenario del histórico acuerdo de paz entre Israel y Egipto (1978), para pedir a Bush una fecha concreta de creación del Estado palestino, que prevé desde inicios de 2003 con fronteras provisorias. Según Mubarak, “sólo la existencia de dos estados puede hacer cesar la violencia”. Asimismo el líder egipcio reclamó el retiro de las tropas israelíes de los territorios palestinos y el cese de la construcción y extensión de los asentamientos judíos. Mubarak agregó que la comunidad internacional debe darle una nueva chance a Arafat de reformar la Autoridad Palestina cuando afirmó que “hay que darle una oportunidad a este hombre. Ello permitiría constatar si puede mantener sus compromisos o no”. Pero para Bush él “ha decepcionado” a los palestinos. La Casa Blanca le reclama a la Autoridad Nacional reformas en función de un control efectivo de sus extremismos.
Bush señaló que sus entrevistas con Mubarak y la prevista para mañana con Ariel Sharon apuntan a “a determinar lo que es factible en el diálogo político y lo que es factible en términos de calendario”. Sharon llega hoy a Washington para reunirse con Bush en el marco del diseño de un plan de paz de la Casa Blanca. El premier israelí lleva su firme propósito de pedir el aislamiento político de Yasser Arafat, que se encuentra en una posición delicada tras la reanudación de los atentados palestinos en Israel. De algún modo, su propósito es detener el activismo diplomático impulsado por el Departamento de Estado norteamericano, cuyas inclinaciones proárabes se han profundizado durante la gestión de Colin Powell. Del lado del Pentágono, la idea es dar mano libre a Israel para que reprima al terrorismo palestino. Hasta el momento, la política estadounidense se ha mantenido oscilando entre estas dos posiciones.
En este embrollado contexto, ayer las colonias judías en Cisjordania y Gaza fueron escenarios de fuego cruzado. Dos palestinos se infiltraron en el asentamiento judío de Karmeh Tzur (Cisjordania), y dispararon contra las viviendas; resultaron muertos un hombre, su mujer embarazada y un soldado, además de uno de los palestinos que fue muerto por los soldados israelíes. El otro logró huir.
Luego del ataque, que fue reivindicado por Hamas, las tropas israelíes ingresaron con tanques en la localidad palestina de Khalkhul, al norte de la ciudad de Hebrón, y en Hebrón misma, donde impusieron toque de queda y destruyeron varias casas. Otro palestino murió cuanto trataba de penetrar por mar en el asentamiento judío de Dugit, en el norte de la Franja de Gaza. Además, dos palestinos fueron muertos por las fuerzas israelíes trasabrir fuego contra el asentamiento judío de Yittzhar (sur de Nablus) y herir al menos a cuatro personas. Tres militantes del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) murieron al sur de la Franja de Gaza al explotar anticipadamente una bomba que pretendían poner en una ruta entre la ciudad de Rafah y la frontera egipcia, según fuentes israelíes.
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