EL MUNDO
Tenemos derecho a espiarnos sin la orden de una corte, dijo Bush
Defendió así las escuchas telefónicas como una medida antiterrorista, aunque sea inconstitucional. El presidente de EE.UU. admitió errores de inteligencia en Irak, que suman dudas sobre las causas de la invasión.
› Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
El presidente George Bush devolvió el golpe a las críticas a sus medidas antiterroristas diciendo que la vigilancia interna por parte de la ultrasecreta Agencia Nacional de Seguridad (NSA) era vital para proteger la seguridad del país. También instó al Senado a que abandonara su proteccionismo del Acta Patriótica, que le da más poderes al FBI y cuyas principales provisiones expirarán a fin de año. “En una guerra contra el terror, no podemos darnos el lujo de no tener esta ley ni durante un instante”, declaró el presidente ayer, en una conferencia de prensa de fin de año en la Casa Blanca.
Su reunión con los periodistas, que tuvo lugar apenas 12 horas después de un discurso por televisión en horario central, se enfocó en Irak, el último tramo de un esfuerzo de tres semanas para convencer al pueblo estadounidense de que tenía un plan para ganar la guerra cada vez más impopular y traer a casa a las 160.000 tropas que hay allí. Haciendo un comentario más realista, reconoció que llevar la paz y la democracia a Irak había sido mucho más difícil de lo esperado. También admitió que sus decisiones habían causado “terribles pérdidas” –en referencia a los 2150 soldados y por lo menos 25.000 iraquíes que murieron desde la invasión, en marzo de 2003–. La conferencia de prensa, sin embargo, estuvo dominada por la controversia sobre la vigilancia y la cuestión más amplia de una Casa Blanca ignorando la Constitución para expandir sus poderes.
Era “vergonzoso”, dijo Bush, que se hubiera revelado el espionaje interno de la NSA. Normalmente las escuchas telefónicas están prohibidas en Estados Unidos sin una orden de la Corte. Bush dijo que puenteó a las cortes “porque tenemos que estar listos y preparados”. Además, el Congreso le había dado poder para hacerlo después de los ataques del 11 de septiembre. “Es legal hacerlo. Mi autoridad legal proviene de la constitución.” No queda claro si esta defensa directa calmará a sus críticos. No sólo los demócratas sino varios republicanos claves en el Capitolio han expresado su preocupación ante la conducta de la NSA, y Arlen Specter, el presidente del influyente Comité Judicial del Senado, planea audiencias a comienzos del año que viene.
Tampoco hubo señales inmediatas de un cambio de rumbo en el Senado sobre el Acta Patriótica, que al darle poderes al FBI para exigir los registros de las bibliotecas y las fechas en que los individuos retiraron libros ha generado mucha intranquilidad. Bush también admitió por primera vez que los errores de inteligencia sobre las supuestas armas de destrucción masiva de Irak hacían que fuera más difícil para él sostener que el programa nuclear de Irán era una amenaza. “La gente dirá: ‘Bueno, la inteligencia fracasó en Irak, entonces, ¿cómo podemos confiar en la inteligencia sobre Irán?”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère