Sáb 07.01.2006

EL MUNDO  › OPERARON A SHARON POR TERCERA VEZ, MIENTRAS SE ASUMIA QUE NO VOLVERA AL PODER

Crónica de una agonía en suspenso

Ehud Olmert, segundo de Ariel Sharon, y Shimon Peres, octogenario líder laborista, se comprometieron ayer a seguir las políticas del hospitalizado primer ministro, en una tácita admisión de que éste, quien sufrió ayer una nueva operación, no volverá a sus funciones.

› Por Donald Macintyre *
Desde Jerusalén

Ariel Sharon, el primer ministro israelí, está en una condición “seria y estable”, después de salir de una tercera intervención quirúrgica, en medio de temores de que hubiera podido sufrir un daño cerebral irreversible. El director del hospital Hadassah de Jerusalén dijo anoche, después de la operación, que un escaneo de tomografía computada mostraba que Sharon, de 77 años, que sufrió una hemorragia masiva cerebral el miércoles a la noche, ya no padecía una hemorragia y que la “presión intercraneal” era normal nuevamente.

El profesor Shlomo Mor-Yosef dijo a los periodistas: “Puedo decir que en relación a sus tomografías computadas anteriores, hay una mejoría sustancial en como ven el cerebro los expertos en neurología de Hadassah”. Sharon había sido llevado a la sala de operaciones después de que una tomografía computada revelara ayer a la mañana un aumento en la presión craneana. El escaneo del cerebro también mostró un poco de sangre en su cerebro, una ligera expansión de uno de sus lóbulos cerebrales y un aumento en su presión sanguínea, explicó el profesor Mor-Yosef. Anteriormente, un Sharon inconsciente y muy sedado había pasado una noche estable y el vicedirector del hospital, Dr. Shmuel Shapira, había declarado: “El escenario lógico es que ni siquiera vamos a tratar de despertarlo antes del domingo... El objetivo de la sedación es reducir el oxígeno que necesita el cerebro y permitirle al cerebro que descanse. De manera que hasta el domingo, y es posible que aún después, permanezca sedado”.

Pero aunque la operación de ayer fue aparentemente exitosa para drenar el fluido del cerebro del primer ministro, hubo expresiones de pesimismo en medio de los comentarios médicos hechos por los médicos israelíes fuera del Hadassah. El doctor Avi Cohen, director de la unidad neurovascular del Centro Médico Soroka en Be’er Sheva, le dijo a Canal 2 de televisión que el pronóstico era pobre. “Por cierto no adelanta cosas buenas con respecto a la posibilidad de recuperación de Sharon.” Pero el profesor Mor-Yosef había dicho antes que las predicciones para el futuro eran casi imposibles de hacer. “No podemos saber cuáles serán los resultados de la cirugía, si habrán influenciado sus habilidades motoras o su capacidad de pensar. Sólo cuando salga del coma inducido podremos hacer una evaluación.” Un médico anónimo, no involucrado en el cuidado de Sharon, también criticó en Haaretz la prescripción de un medicamento para licuar la sangre después de su primer infarto hace tres semanas, que podría haber contribuido a la hemorragia cerebral que sufrió el miércoles a la noche. El especialista también fue crítico de la decisión de permitirle quedarse en su alejada casa de campo en el desierto de Negev mientras esperaba lo que debía haber sido una operación de rutina para cerrar un pequeño agujero en su corazón el jueves en Hadassah. Sharon fue llevado al hospital de Jerusalén el miércoles a la noche, después de quejarse de dolor, y sufrió su ataque cinco minutos antes de la llegada.

Mientras tanto, en otra tácita admisión de que no que existe posibilidad de que Sharon regrese a sus funciones, Ehud Olmert, el primer ministro en funciones y un favorito para liderar Kadima, el Partido que Sharon formó hace dos meses, se reunió con Shimon Peres, que abandonó el Partido Laborista para unirse a Kadima. Los dos hombres se comprometieron a seguir las políticas de Sharon, que incluyen “una política sin concesiones a la guerra contra el terror, así como un infinito esfuerzo en dirección al proceso de paz”, según dijo Peres.

El propósito de la reunión pareció ser que Olmert tratara de persuadir a Peres de que no abandonara a Kadima y regresara al laborismo. Anteriormente, un asociado de Peres había indicado que el octogenario ex primer ministro laborista no estaba decidido aún a quedarse en el partido de centro al que se había unido en respuesta a un pedido personal de Sharon. Peres dijo enigmáticamente después de la reunión que vio similitudes entre él y Olmert. Añadió: “Tuve la impresión que ni Ehud ni yo hemos abandonado la esperanza, la visión y las posibilidades, sin por eso aferrarnos a ilusiones”. Mientras las principales figuras en Kadima parecían ayer unirse alrededor de Olmert, medios israelíes dijeron que la nueva líder potencial, Tzipi Livni, la ministra de Justicia que ha sido considerada un posible rival para puesto en el partido, había prometido no desafiar a Olmert por el puesto en caso de que Sharon no regresara.

Mientras el Likud, liderado por Benjamin Netanyahu, comenzaba a tantear el terreno para traer a ex miembros prominentes del partido que lo habían desertado por Kadima, uno de los principales objetivos de Netanyahu, Tzachi Hanegbi, dijo que esos apremios no tenían sentido: “No hay vuelta atrás, por cierto no en este momento”. La formulación parecía descartar la posibilidad de que Kadima pudiera implosionar sin Sharon. Esa posibilidad parecía más remota ayer después de que una encuesta en el Canal 10–Haaretz mostró que Kadima ganaría 40 bancas con Olmert, una caída de sólo dos bancas desde la última encuesta sobre el partido bajo Sharon. Los analistas instan a que los resultados sean tratados con mucho cuidado, ya que seguramente reflejan un fuerte voto de simpatía por Sharon. Pero ayudará a Olmert a mantener el partido unido en los cruciales días por venir.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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