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Condoleezza, enfermera
En una muestra de la preocupación en Estados Unidos por la gravedad del primer ministro israelí, Ariel Sharon, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, canceló ayer la gira que tenía prevista a partir de hoy por Australia e Indonesia. Según dijo ayer el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, Rice “consideró que, debido a la situación en Medio Oriente, la decisión correcta era quedarse en Washington”. McCormack alegó que de esta forma la secretaria de Estado podrá seguir la evolución del primer ministro y coordinarse con otros altos funcionarios estadounidenses sin los problemas de la lejanía y los cambios horarios. En el gobierno de Estados Unidos nadie quiere hablar públicamente sobre el asunto más que para alabar la figura de Sharon y expresar sus esperanzas de una recuperación. Sin embargo, Washington ha comenzado a prepararse para la posible desaparición de la arena política del primer ministro israelí. Rice habló ayer por teléfono con el jefe en funciones del gobierno israelí, Ehud Olmert, al que expresó la solidaridad de los estadounidenses con Israel en una etapa difícil. Por otra parte, el vocero de la Casa Blanca, Trent Duffy, dijo a la prensa que el presidente George W. Bush “ora por la salud de Sharon”.
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