Jue 12.01.2006

EL MUNDO

La derecha chilena en caída libre ante las presidenciales del domingo

A cuatro días de los comicios, las encuestas muestran una desventaja prácticamente insuperable para el derechista Sebastián Piñera, mientras la socialista Michelle Bachelet consolida su posición.

› Por Jorge Marirrodriga *
Desde Santiago

La derecha chilena no aguanta la recta final de cara a las elecciones presidenciales del domingo y, a falta de los datos de la última encuesta previa a los comicios, que se conocerá hoy, políticos y analistas destacan que la división en la Alianza por Chile, que presenta la candidatura del empresario Sebastián Piñera, ha generado una fuerte baja en la intención de voto frente a la socialista Michelle Bachelet, candidata de la centroizquierdista Concertación. “Veo a la Alianza sin participación, con muy poca propaganda. Tiraron la toalla”, apuntaba ayer el ex presidente Eduardo Frei.

En el seno de la Alianza ya han surgido las primeras críticas sobre los escasos recursos económicos dedicados a la segunda vuelta. “Igual que tras la primera vuelta se produjo un clima artificial de incertidumbre sin fundamento, ahora hay exitismo”, advierte José Auth, analista de Chile 21, un think tank fundado por Lagos antes de acceder a la presidencia del país. Para Auth, “salvo catástrofe de última hora”, la ventaja en las urnas de Bachelet sobre Piñera rondará los seis puntos. A cuatro días de las elecciones, la distancia entre ambos candidatos se presenta prácticamente como insuperable para la derecha, cuya estrategia de presentar la segunda vuelta como una elección entre dos personas se ha visto superada por la táctica del centroizquierda de plantear al electorado la disyuntiva de dos proyectos políticos diferentes.

Además, mientras la Democracia Cristiana ha respaldado sin fisuras a Bachelet, Piñera se ha visto obligado a numerosas concesiones dialécticas para contentar a sus socios de Unión Democrática Independiente (UDI), el partido derechista del derrotado Joaquín Lavín. “Piñera ha tratado de resolver una ecuación imposible a base de equilibrios políticos”, destaca Auth.

Y la televisión ha jugado un papel clave. Los analistas consultados destacan que durante el debate celebrado la pasada semana se produjo un momento fundamental cuando Sebastián Piñera tuvo que responder a la pregunta de qué le parecía el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990). El empresario, un opositor a la dictadura militar pero necesitado de los votos de la derecha pospinochetista para mantener sus esperanzas de acceder a La Moneda, dijo que el gobierno de Pinochet “no había sido bueno”. Una respuesta que trató de agradar a todos pero no logró contentar a nadie. Después del debate el ex comandante en jefe de la Armada y senador designado Jorge Martínez Busch le hizo saber a Piñera que con declaraciones como ésa se le hacía “muy difícil” conseguir votos para el candidato de la derecha. Además los sondeos muestran que no ha habido trasvase de votos democristianos a la candidatura de Piñera y que el número de respuestas a favor de Bachelet aumentó considerablemente después del debate.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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