Vie 13.01.2006

EL MUNDO

El Chávez del Perú ganó su primera batalla con vista a las elecciones

Un jurado electoral desestimó el veto interpuesto anteayer por un abogado próximo al gobierno de Alejandro Toledo contra el ex militar nacionalista Ollanta Humala, quien es respaldado por el venezolano Hugo Chávez. Humala es favorito para las elecciones de abril.

Por Carlos Noriega
Desde Lima


El intento de sacar de la carrera electoral a Ollanta Humala, el ex militar nacionalista que se ha convertido en el favorito para ganar las elecciones de abril, naufragó cuando los tres miembros del Jurado Electoral Especial de Lima (JEEL) resolvieron, luego de varias horas de debate, declarar improcedente el veto contra Humala, presentado por un abogado cercano al gobierno de Alejandro Toledo. Alberto Quintanilla, el autor de la tacha, anunció que apelará ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Quintanilla alega que Humala violó la ley electoral al inscribirse como candidato presidencial de Unión por el Perú (UPP) siendo militante –en su caso, presidente– de otra agrupación, el Partido Nacionalista (PN), pero el JEEL resolvió que al momento de la inscripción de la candidatura de Humala el PN no estaba inscripto en el registro de partidos políticos, por lo que no se puede afirmar, señala la resolución, que Humala era dirigente de un partido que oficialmente no existía al momento de la presentación de su candidatura.

El PN recién logró su inscripción legal después que Humala registró su candidatura ante los organismos electorales. Hay una segunda tacha presentada contra Humala, que al momento del envío de este despacho aún no había sido resuelta por el JEEL, pero siendo los argumentos de esta segunda tacha los mismos de aquella que ya fue rechazada, se descuenta que también sea desestimada. Con esto, Humala, que había denunciado un complot para sacarlo de las elecciones, queda habilitado para seguir en la carrera por la presidencia. Una carrera que lo tiene puntero, junto con la derechista Lourdes Flores, de Unidad Nacional. En la noche del miércoles, en las puertas del JEEL los nervios del nutrido grupo de simpatizantes del ex teniente coronel Ollanta Humala, que habían llegado hasta el local cumpliendo el pedido de su jefe de “movilizarse” para defender su candidatura, se tensaban cada vez más a medida que pasaban las horas y no había noticias del resultado de la tacha interpuesta contra el ex militar. El rumor de que el veto legal habría sido aceptado estaba en boca de todos y los ánimos se exaltaban, al punto que algunos humalistas pasaron de los gritos de “Si no hay inscripción, habrá revolución” a la acción violenta, lanzando piedras contra la fachada del JEEL e intentando agredir a su presidente, Otto Zárate, cuando éste se retiraba del lugar. Zárate tuvo que dar media vuelta en su vehículo y regresar al JEEL. Dirigentes de la agrupación de Humala culparon a “un grupo de infiltrados” por los actos de violencia. Pero repentinamente, cuando la vigía humalista ante el JEEL comenzaba a transformarse en una manifestación de protesta que amenazaba desbordarse, las cosas cambiaron radicalmente. El secretario general de UPP, José Vega, apareció en el lugar con la noticia de que el JEEL había rechazado la tacha contra Humala. En un segundo, la tensión acumulada a lo largo de todo el día desapareció y los rostros sombríos y los gestos de furia a punto de soltarse cambiaron por grandes sonrisas y expresiones de júbilo incontrolable. La protesta había quedado atrás para darle paso a la celebración. Humala seguía en carrera y sus seguidores, que habían estado todo el día parados en la calle gritando para defender su candidatura, tenían razones de sobra para festejar a lo grande. Y así lo hicieron. En medio de la euforia decidieron mantener la guardia frente al local del JEEL hasta que se resuelva la segunda tacha, aunque a esas alturas ya nadie dudaba de cual sería el resultado final. La guardia se convirtió, en realidad, en la prolongación del festejo.

Humala sigue en carrera. Y con su candidatura se abre la posibilidad de que llegue al gobierno del Perú un presidente que anuncia será un estrecho aliado de Hugo Chávez –hoy enfrentado al gobierno de Toledo– y EvoMorales, y que tiene una propuesta que busca “refundar la República”. El ex militar nacionalista pretende cambiar el modelo económico neoliberal, “nacionalizar” la economía, revisar los contratos con las transnacionales que explotan los recursos naturales y que hoy son favorecidas con millonarias exoneraciones tributarias, terminar con las privatizaciones, legalizar los sembrados de hoja de coca, poner a referéndum el cuestionado Tratado de Libre Comercio que en diciembre pasado el gobierno de Toledo firmó con Estados Unidos, entre otras propuestas. La candidatura de Humala, ahora ratificada, y el sorprendente apoyo que ha conseguido, ha logrado poner en el centro del debate electoral estos temas, que la derecha hábilmente había logrado sacar del escenario. Pero el ex militar nacionalista sigue en la escena.

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