Sáb 15.06.2002

EL MUNDO  › ISRAEL EMPIEZA SU SEPARACION DE LOS PALESTINOS

Se largó la muralla antiatentados

Por Peter Beaumont *
Desde Ramalá

Las seis topadoras pertenecen a la firma constructora israelí Y Ze’evi. La semana pasada llegaron hasta el puesto de control del ejército en el cruce de Salem, fuera de la norteña ciudad cisjordana de Jenín, y comenzaron a aplanar un área de malezas. Cuando terminen, los trabajadores de Y Ze’evi –principalmente árabes israelíes– van a haber aplanado casi 9 kilómetros de tierra y van a haber instalado una cerca eléctrica de la misma extensión, que va a separar Jenín, cuyo campo de refugiados fue devastado durante las incursiones militares israelíes en abril, de sus vecinos judíos.
La cerca, que va a extenderse desde Salem a la ciudad palestina cercana de Umm el-Fahm, va a construirse en dos meses. Esta será la primera sección de una polémica valla de 112 kilómetros que separará las ciudades israelíes al oeste de la ex “línea verde”, la frontera previa a 1967 entre Israel y la Cisjordania entonces controlada por Jordania de las áreas palestinas ocupadas por Israel. La cerca va a abarcar desde la punta norte de Cisjordania hasta Megiddo. Previamente esta semana, el Ministerio de Defensa israelí confirmó que había asegurado los servicios de una docena de constructoras como Y Ze’evi, que anticipa que va a tardar más de 10 meses y un año en concluir su trabajo. La cerca va a ser previa a una barrera más ambiciosa, de 450 kilómetros de largo, que incluye 48 kilómetros en el área de Jerusalén.
La cerca va a recorrer de modo arbitrario a través de una línea de montañas, cercando ciudades y aldeas palestinas sin la suerte suficiente de estar en el otro lado, y dejando un número de asentamientos israelíes en el propio, el lado este. Irónicamente, la oposición a la construcción de la cerca es una de las cosas en las que colonos israelíes y palestinos acuerdan, pero por motivos diferentes.
“Nos oponemos a una cerca política”, dijo Yehoshua Mor-Yosef, un vocero del consejo de asentamientos judíos, que reclaman los territorios ocupados como parte de la tierra histórica de Israel. Miembros del grupo temen que la cerca se convierta en una frontera de facto junto a las fronteras mantenidas por Israel antes de que capturara esas tierras. “Si construyen una cerca junto a las líneas de 1967, nos oponemos y vamos a hacer lo que podamos para evitarla”, dijo Mor-Yosef.
Los palestinos, por otra parte, temen la toma de tierras principalmente palestinas. En los poblados y ciudades palestinos que van a estar en el lado oeste de la valla hay preocupación de que sus habitantes se vean imposibilitados a cruzar a pie a Israel, algo que muchos trabajadores hacen ilegalmente antes del amanecer todos los días. Pero el jefe del servicio de seguridad israelí Shin Bet dijo recientemente a un comité parlamentario que activistas de la franja de Gaza no han podido atacar desde que el área fue cercada.
Es probable que lo más polémico del plan resulten los 48 kilómetros de cercado de la región de Jerusalén, de los que la mayoría es previsible que se concentre entre los asentamientos judíos al norte de Belén. Ya han aparecido las cercas sellando las áreas de las afueras de Ramalá de los barrios que circundan Jerusalén.

*De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Giselle Cohen.

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