Sólo dos semanas quedan de la novela política que sin dudas marcará un hito en la política latinoamericana. La campaña presidencial peruana no deja de entretener. Por un lado, la familia y los amigos del favorito Ollanta Humala no cesan en sus intentos para hundirlo y, por otro lado, el resto de los candidatos y los medios continúan infundiendo miedo sobre un eventual gobierno nacionalista con tinte dictatorial. Pero nada de esto parece estar funcionando. Ollanta se mantiene primero con el 33 por ciento, Lourdes Flores lo sigue seis puntos abajo y el ex presidente Alan García queda atrás con sólo el 22 por ciento, según una encuesta de Apoyo.

Uno de los voceros de Ollanta y candidato al Congreso por el Partido Nacionalista, Daniel Abugattás, fue el culpable ayer del nuevo dolor de cabeza del ex militar. En una entrevista, calificó a la primera dama, Eliane Karp, de “hija de puta”. Según el vocero, de origen árabe, la esposa de Alejandro Toledo le negaba la visa a Palestina porque era judía. El presidente salió en defensa de su esposa y amenazó con enjuiciar a Abugattás si no se retractaba en las próximas 48 horas. Ollanta, que ya es un experto en reparar las metidas de pata ajenas, desautorizó a su colaborador y le pidió disculpas a la primera dama. Como la familia no podía ser menos, el hermano de Ollanta, Antauro, propuso fusilar al presidente, a su esposa, al primer ministro, Pedro Pablo Kuczynski, y al ex jefe de Inteligencia fujimorista, Vladimiro Montesinos, por “traición a la patria”. No sólo el comentario, sino también el hecho de que fuera realizado desde la cárcel, donde Antauro cumple condena por encabezar una toma de una comisaría en enero del año pasado, siguen fortaleciendo la imagen que de Ollanta han construido no sólo sus opositores sino principalmente los medios de comunicación peruanos.

A su inusual y poco diplomático entorno, Ollanta debe sumar otro frente que tampoco le da tregua, el que él denomina “Todos contra Ollanta” (TCO). Compuesto por el resto de los candidatos y por los principales medios nacionales, esta alianza informal tiene un solo objetivo: alertar sobre la “amenaza humalista”. Sin embargo, lo que comenzó como simples denuncias está adquiriendo un tono un poco más preocupante. El candidato y ex presidente Valentín Paniagua advirtió ayer: “Si se viola la democracia, por supuesto que saldré a las calles. He luchado toda mi vida en la defensa de los valores y libertades fundamentales. No le tengo miedo a ninguna amenaza”. Como si el mensaje no hubiese quedado claro, el diario limeño Correo publicó la opinión de tres respetados psiquiatras que calificaron a Ollanta como “peligroso”.