EL MUNDO › KADIMA GANO EN ISRAEL PERO POR MENOS DE LO ESPERADO
Jubilados, laboristas y rusohablantes despegaron en las elecciones israelíes de ayer, ganadas por el partido Kadima, de Ehud Olmert, pero por menos de lo esperado. Deberá gobernar en coalición.
Fue un día lleno de sorpresas. En las elecciones israelíes de ayer hubo de todo: partidos que obtuvieron más bancas de las soñadas, partidos que obtuvieron menos de las esperadas, y el nivel de participación más bajo en la historia del país, de alrededor del 63 por ciento, ya que la campaña electoral fue opaca y no logró despertar interés. Lo cierto es que los resultados están finalmente sobre la mesa. Ahora es el momento de configurar el nuevo gobierno, que según los analistas será una amplia coalición liderada por Kadima –el partido de centro creado por el primer ministro Ariel Sharon, que obtuvo entre 29 y 32 bancas según las encuestas de boca de urna–, el laborismo de Amir Peretz –entre 20 y 22–, el partido Shas –11 bancas–, el partido de los Jubilados –que obtuvo sorpresivamente entre seis y ocho bancas–, y quizás el partido Meretz –cinco bancas–. La gran derrota del día se la llevó el Likud –con 12–, que fue superado por otro partido de derecha, Israel Beytenu –entre 12 y 14–. A todo esto se agregó la “buena noticia” –aunque paradójica– de que los tres partidos árabes que se presentaron lograron entrar al Parlamento. Luego de visitar el Muro de las Lamentaciones para agradecer por su victoria, Ehud Olmert, el líder de Kadima y muy probablemente primer ministro del próximo gobierno, aseguró que está dispuesto a abandonar su idea de “un Gran Israel” y a hacer concesiones territoriales para permitir la creación de un Estado palestino, si los palestinos toman la misma actitud.
Kadima fue más fuerte, aunque no tanto como se esperaba. De encuestas que le otorgaban hasta 40 bancas parlamentarias, sólo obtuvo entre 29 y 32, permitiendo que el laborismo se acercara con por lo menos 20 asientos y le dispute así parte del poder. La desaparición de Ariel Sharon –en coma desde enero, por un derrame cerebral– del escenario político podría explicar, según los analistas, la baja en la expectativa de votos de la formación de centro. A pesar de ello, el partido liderado por Ehud Olmert conforma la primera mayoría y todo indica que el presidente de Israel, Moshe Katsav, llamará a su dirigente a conformar el gobierno, lo cual sucederá muy rápidamente. El principal socio de Kadima será muy probablemente el laborismo de Amir Peretz, que obtuvo más bancas de las que indicaban las encuestas preelectorales. “De ahí en adelante, se pueden vislumbrar otros socios posibles”, explica Mario Schneider, de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Uno de ellos podría ser el partido Shas, que obtuvo según resultados de boca de urna 11 bancas parlamentarias, además de la convocatoria de la gran sorpresa del día, el partido de los jubilados, que obtuvo entre seis y ocho bancas. A todo esto se suma una incógnita: la del partido de derecha Israel Beytenu, dirigido por Avigdor Liberman, que obtuvo entre 12 y 14 curules. Liberman ha dicho que es “un posible socio de toda coalición de gobierno”, aunque ciertas posiciones no son compartidas. Además, no se descarta que se llame al partido de izquierda Meretz, que obtuvo cinco bancas. Pero la gran decepción se la llevó el derechista Likud, que logró solamente 12 lugares, y cuyo líder Benjamin Netanyahu, tras admitir el “duro golpe” culpó al líder histórico del partido, Ariel Sharon, de haber destrozado la formación al abandonar el Likud para fundar Kadima.
El precio político que deberá pagar Kadima como líder de la coalición será muy grande, ya que el reparto de ministerios entre tantos partidos va a resultar muy difícil. Está claro que Amir Peretz exigirá el Ministerio de Economía, en el cual implementaría planes de corte keynesiano, en confrontación con el neoliberalismo impulsado por Olmert. Mientras la actual ministra de Exteriores Tzipi Livni mantendría su puesto, uno de los mayores conflictos estará en el Ministerio de Defensa, que sería disputado entre su actual titular Shaul Mofaz, y el laborismo. Sobre todo, este partido propondría recortes en esa cartera para destinarlos a la lucha contra la pobreza. “Lo único claro es que habrá una serie de presiones, amenazas de retiro de la coalición y de ‘sangre fría política’”, explica Schneider. Por su parte, el embajador israelí en Argentina, Rafael Eldad, señaló a Página/12 que las elecciones muestran un “fuerte contenido social”, tanto por la elección del laborismo como de los jubilados, “en claro apoyo a los grupos más débiles de la sociedad”.
Otro de los grandes interrogantes gira en torno de la relación con el grupo radical palestino Hamas, discusión postergada hasta después de la elección, lo cual demuestra “un gran nivel de institucionalización del Parlamento, ya que era inconcebible que un gobierno interino decidiera políticas a largo plazo hasta más allá de la elección”, explica Schneider. “La exigencia del gobierno de Israel será un reconocimiento formal de la legitimidad del Estado hebreo como precondición para cualquier tipo de negociación”, afirma el analista. A este respecto, Olmert, gran defensor de la política de retiros unilaterales, aseguró ayer que está dispuesto a hacer concesiones territoriales para permitir la creación de un Estado palestino. Olmert garantizó que los israelíes están “dispuestos a hacer compromisos” y a “renunciar al sueño de un Gran Israel (...) para permitir que ustedes realicen su sueño de tener un Estado”, declaró.
Informe: Virginia Scardamaglia.
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