El ex presidente aprista logró que los peruanos olviden el desastre en que terminó su primer gobierno y lo consideren un “mal menor” frente a Ollanta Humala. Alan tiene entre 14 y 22 puntos por encima del ex militar y sube en una ola de miedo ante el posible autoritarismo.
Hace 16 años el ex presidente Alan García, líder del socialdemócrata partido aprista, abandonó el palacio de Gobierno en medio de graves acusaciones de corrupción y de violaciones a los derechos humanos, dejando un país abatido por la hiperinflación y acosado por el avance del terrorismo. Muy pocos hubieran apostado entonces por el futuro de este político que llegó al poder a los 36 años despertando grandes esperanzas y que terminó convertido en una gran decepción. Ahora, García –político muy hábil y orador que cautiva a las masas– está a punto de lograr lo que parecía imposible: volver a ser presidente del país que dejó hundido en una de sus peores crisis históricas. Pasó a la segunda vuelta por una ventaja mínima de 60 mil votos y ahora es el favorito frente a Ollanta Humala, el ex comandante de discurso nacionalista que ganó la primera vuelta. Las encuestas le dan a García una ventaja de entre 14 y 22 puntos sobre Humala.
¿Cómo entender esto? Los analistas coinciden en encontrar la explicación –al menos, buena parte de ella– en el factor miedo. El miedo de buena parte del electorado de lo que podría ocurrir en un eventual gobierno de Humala. Un miedo alimentado a toda máquina por los medios de comunicación, que no cesan de identificar a Humala como “un riesgo autoritario”. Así es que García aparece ahora, ironías de la historia, como el salvador para aquellos sectores del país que hasta hace muy poco lo condenaban como uno de los principales responsables de su destrucción. Y García está jugando muy bien esa carta del “miedo a Humala” y del “mal menor” para cosechar un amplio apoyo, incluso entre sus viejos enemigos.
El politólogo peruano Carlos Reyna le señaló a Página/12 que “la gente que en esta segunda vuelta va a votar por García lo hace porque tienen una imagen de Humala como alguien radical, extremista y violentista, y por eso le tienen miedo”. ¿Y ésa es una imagen real o construida por los medios de comunicación? “Es una imagen construida por los medios, pero a la que contribuye la manera confusa de Humala para plantear las cosas”, responde Reyna. Fernando Tuesta, director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica, afirma que “la gente que va a votar por García lo hace porque considera que Humala es un riesgo, tanto por sus rasgos autoritarios como por su improvisación, que hace que muchos piensen que el suyo sería un mal gobierno”. Luis Benavente, director del Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, agrega que “el gran problema de Humala es que es percibido como un factor de desestabilización y que genera incertidumbre”.
¿Y por qué el antecedente del mal gobierno de García no influye en el electorado al momento de decidir su voto? “Ese tema ya fue recordado en la elección de 2001 y García pasó a segunda vuelta y en ésta, aunque perdió ante Toledo, obtuvo 47 por ciento, que es una votación alta. Creo que ese tema ya ha pasado a segundo plano”, responde Tuesta. Por su parte, Reyna considera que “Humala no está sabiendo aprovechar como podría hacerlo el mal gobierno de García”.
El electorado que le daría el triunfo a García en el ballottage votó en primera vuelta por la derechista Lourdes Flores y por algunos candidatos menores. “Era previsible que el votante de Flores optara por García antes que por Humala, eso no es ninguna sorpresa”, precisa Tuesta. Las encuestas revelan, por ejemplo, que en Lima, donde Flores ganó ampliamente la primera vuelta y García quedó tercero con apenas el 19 por ciento, el ex presidente obtiene ahora más del 60 por ciento de respaldo. En la capital peruana se concentra una tercera parte del total de electores. Y en los sectores medios y altos, históricamente mayoritariamente antiapristas, García llega a tener casi un 70 por ciento de apoyo. Humala conserva las zonas andinas, las más empobrecidas del país, como su bastión electoral. En los últimos días García se ha venido reuniendo con dirigentes políticos de la derecha y representantes de los gremios empresariales, que antes apoyaron a Lourdes Flores, y les ha ofrecido gobernar de la mano con ellos. Eso perece estarle asegurando el voto derechista, pero ¿cómo puede afectar ese acercamiento a la derecha a García, dirigente de un partido que se autodefine de centroizquierda, entre los sectores populares que votaron por él en primera vuelta? “No lo está afectando como se habría esperado, porque Humala está cometiendo muchos errores, como su acercamiento a Hugo Chávez o Evo Morales, y García aprovecha esos errores para crecer”, responde Benavente. En opinión de Reyna, Humala está “desperdiciando la oportunidad de aprovechar a su favor ese acercamiento a la derecha de García, quien ha abandonado las banderas de la defensa de los derechos sociales y laborales que levantó en la primera vuelta, para adoptar posiciones que sean más aceptables para esa derecha que ahora lo apoya, pero hasta ahora Humala no ha intentado levantar esas banderas y sigue con el mismo vacío programático, que puede ser letal para él. La generalidad de su crítica al modelo neoliberal le fue útil en la primera vuelta, pero ahora Humala no puede seguir en las generalidades y debe hacer propuestas concretas, pero es ahí donde Humala aparece desarticulado”.
Mientras García consolida su alianza con la derecha política y los empresarios, Humala viaja a Bolivia para reunirse con Evo Morales. “Esa cercanía con Morales, y especialmente con Chávez, no sólo no lo ha favorecido, sino que lo ha afectado, porque ambos presidentes tienen una baja aceptación en el Perú y porque su apoyo a Humala es visto como una injerencia extranjera en las elecciones peruanas y eso es algo que la gente rechaza”, dice Benavente. García está aprovechando muy bien a su favor el abierto apoyo de Chávez en favor de Humala, que ahora busca desmarcarse del presidente venezolano, aunque sin mucho éxito.
El panorama se le presenta muy complicado al ex comandante Humala, que fue el triunfador de la primera vuelta, pero que puede terminar siendo el gran derrotado de estas elecciones. “Humala tendría que ser muy hábil para revertir esta situación que le es desfavorable. Tengo la impresión de que no lo es”, sentencia Reyna. Y remata: “García está cabalgando sobre la mala imagen de Humala para ganar estas elecciones”.
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