Un grupo mafioso altamente organizado y armado, el Primer Comando de la Capital, lanzó entre la noche del viernes y la madrugada de ayer una letal serie de ataques contra la policía del estado brasileño de San Pablo, centrados en su capital, la mayor ciudad del país. El PCC atacó 55 comisarías y cuarteles de la policía militarizada paulista, baleó patrulleros y agentes en la calle, con un saldo de 23 uniformados muertos y 32 heridos, y bajas propias de 7 muertos. Al mismo tiempo, el Comando organizó amotinamientos en 22 cárceles estaduales.

De acuerdo a las autoridades paulistas, la ofensiva mafiosa se debería a la transferencia de 765 presos del Comando a una prisión de máxima seguridad en el pueblo de Presidente Wenceslau. Uno de los transferidos es el principal líder del PCC, Marcos Willians Herba Camacho, conocido como “Marcola”. Según el gobierno, se habían recibido avisos de posibles ataques y se habían tomado medidas preventivas, o el número de muertos “hubiera sido mucho mayor”.

Anoche, 22 penales y centros de detención seguían tomados, con un total de 82 rehenes. La peor situación se vive en las cárceles de Avaré y Iaras, donde hay 12 guardias prisioneros de los amotinados.