No hay vuelta atrás: los “pingüinos” van al paro mañana. Así lo informaron ayer los voceros estudiantiles luego de una asamblea en la que definieron las características de la movilización social, que esperan sea una “jornada de reflexión pacífica”. Sin embargo, los escolares también decidieron retomar sus actividades el martes, lo que pondría fin a una semana de toma de colegios y universidades. En tanto, el gobierno chileno trabajaba ayer en las medidas de seguridad pertinentes para evitar conflictos en las calles. La presidenta Michelle Bachelet dijo que los estudiantes están en su derecho de movilizarse, pero que espera que “lo hagan de forma pacífica” y sin que “se repitan situaciones de vandalismo” como las ocurridas esta semana, que tuvo un saldo de decenas de heridos y más de 800 detenidos.

La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) mantiene en pie el llamado a una masiva movilización “pacífica” para mañana tras rechazar la propuesta que el gobierno de Bachelet entregó la noche del jueves como respuesta a sus demandas. Los jóvenes tienen la adhesión de federaciones de universitarios, el Colegio de Profesores, empleados fiscales, trabajadores de la salud municipalizada y grandes sindicatos. “Hacemos un paro nacional para trabajar aún más a fondo los temas estructurales de la educación”, dijo la vocera de la Aces, María Jesús Sanhueza. La mayor preocupación del gobierno en referencia al paro es la seguridad en las calles. En entrevista con Radio Cooperativa, Bachelet instó a los alumnos a tener una manifestación “pacífica” y afirmó que “no aceptarán actos de vandalismo”. “Si algunos quieren seguir en un paro, es algo que dentro de la democracia es factible”, sostuvo. Pero agregó que la reforma de la Educación se hará “con o sin paro”.

Los estudiantes exigen una serie de medidas integradas en una agenda corta y una agenda larga. Entre los temas a resolver de inmediato solicitan la gratuidad de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), de los pases escolares y del transporte público. A largo plazo, se solicitan reformas a la Jornada Escolar Completa (JEC) y la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), promulgada bajo la dictadura pinochetista y que convirtió a la educación en un bien de mercado.

Luego de varios días de movilizaciones estudiantiles y tomas de colegios, que comenzaron el martes, Bachelet salió el jueves a calmar los ánimos con un paquete de medidas. Pero las propuestas no conformaron a los estudiantes. El ítem que provoca mayor confrontación es la gratuidad en el transporte, que es rechazada por las autoridades porque el costo de su implementación es demasiado alto. En cambio, Bachelet ofreció un aumento del 25 por ciento en el subsidio único familiar, para paliar los costos del boleto escolar en las familias más pobres. “Nosotros hemos estudiado esto muy seriamente (...) y, éste es el esfuerzo máximo que podemos hacer”, indicó ayer la mandataria chilena.

Sin embargo los “pingüinos” no aceptan las justificaciones del gobierno y se lanzan a una demostración de fuerza con el paro de mañana. Al mismo tiempo, decidieron retomar sus actividades normales el martes, pero continuar las negociaciones, esta vez cara a cara con Bachelet. El gobierno no puso trabas a un encuentro de este tipo. “La presidenta Bachelet siempre tiene la disponibilidad para juntarse con todos los chilenos”, expresó el vocero de gobierno, Ricardo Lagos Weber. “Lo importante son los tiempos y las oportunidades”, agregó.