Mié 12.07.2006

EL MUNDO  › MARCHAS, IMPUGNACIONES CRUZADAS Y FINAL ABIERTO

El nuevo culebrón mexicano

Andrés López Obrador logró sacar al PAN de su silencio y ahora el candidato declarado ganador, Felipe Calderón, también impugna algunos resultados de los comicios. Sigue la incertidumbre.

Andrés Manuel López Obrador sigue presentando pruebas del supuesto fraude electoral y presionando para un recuento voto por voto. La coalición Por el Bien de Todos continuó con su estrategia ayer y difundió dos nuevos videos con irregularidades. El oficialismo, en cambio, dio un giro y decidió impugnar los resultados en seis estados, en donde se había impuesto el centroizquierda. El entorno de López Obrador aprovechó este cambio y lo usó a su favor. “Estamos de acuerdo con que hayan decidido hacerlo. Es una clara muestra de que ellos también tienen dudas de la elección”, aseguró a Página/12 uno de los miembros del comité político y jurídico de la campaña del candidato opositor, Ricardo Montreal. A horas del comienzo de la segunda gran movilización liderada por el candidato opositor desde los comicios, la tensión política no afloja.

En un principio parecía que el virtual ganador de las elecciones, Felipe Calderón, optaría por un perfil bajo mientras durara la deliberación del Tribunal Electoral, que tiene como plazo máximo el 31 de agosto. Pero el protagonismo mediático de López Obrador y sus videos obligaron al ex ministro de Vicente Fox a sumarse a la batalla verbal entre el oficialismo y la oposición. “Las elecciones se ganan con votos y no con movilizaciones”, aseguró Calderón, cuestionando los métodos de su rival. Mientras tanto, el equipo del candidato oficialista ya comenzó con la transición, debatiendo los lineamientos del programa del gobierno y preparando el terreno en el futuro Congreso para obtener una mayoría más amplia.

La estrategia del oficialismo ya no es tan clara. Por un lado, se comporta como ganador y se prepara para ser gobierno. Por otro lado, cuestiona algunos resultados distritales, poniendo el recuento oficial bajo la lupa, como lo están haciendo los aliados de López Obrador. Además, el Partido Acción Nacional (PAN) no quiere ceder espacios durante esta larga vigilia, que seguramente durará hasta finales de agosto. Ayer, la dirigencia del partido salió a rechazar las evidencias presentadas por el centroizquierda entre el domingo y el lunes pasado, adelantándose a la decisión de la Justicia Electoral, que es la que debe determinar su veracidad. “Sólo busca sorprender a la opinión pública. Quiere presentar elementos espectaculares”, cuestionó el vocero y secretario general adjunto del PAN, César Nava.

El Instituto Federal Electoral (IFE) hizo lo propio al afirmar ayer que las imágenes que mostró el lunes López Obrador fueron simplemente malinterpretadas. A través de un comunicado, explicó que cuando se ve a un presidente de mesa sacando votos de una urna y poniéndolos en otra, en realidad lo que sucedía era que habían boletas para la elección de diputados en las urnas correspondientes a la elección presidencial. Para Montreal, uno de los hombres cercanos a López Obrador, la defensa del IFE no es suficiente. “Es una explicación torpe porque la ley dice que el conteo tiene que hacerse al frente de todos. Si hay boletas de otra elección, se abre la urna y se cuenta boleta por boleta”, aseguró el perredista.

Aunque el fallo de la Justicia Electoral todavía está lejos de ser predecible, la estrategia de López Obrador parece estar funcionando. El líder opositor consiguió mantener la atención sobre el presunto fraude, incluso atrayendo al propio PAN a la disputa electoral. Las apariciones diarias del candidato en los medios de comunicación con nuevas pruebas buscan reavivar continuamente la tensión, y lo han logrado. La gran incógnita ahora es la veracidad de esas pruebas. Montreal explicó que todos los días les llegan cientos de pruebas, las cuales son verificadas por el equipo obradorista y sólo algunas son presentadas a la prensa. Sin embargo, la estrategia del centroizquierda empieza a debilitarse ante la posibilidad de no conseguir quebrar la voluntad de la Justicia Electoral y no obtener el tan deseado recuento voto por voto. “Buscaremos agotar otras instancias jurídicas, como la Corte Suprema”, se anima a adelantar el asesor.

La otra gran pata de la estrategia de López Obrador es sacar a la gente a la calle. Nadie en México puede dudar de que la manifestación del sábado pasado reforzó el capital político obtenido por el centroizquierda en las elecciones del 2 de julio. La marcha que comienza hoy y terminará el domingo podría movilizar aún más gente y sería una demostración de que no son sólo grupos minoritarios los que están movilizados, como aseguran algunos analistas.

Informe: Laura Carpineta.

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