Un millón cien mil personas colmaron el Zócalo ayer con un solo pedido: contar nuevamente voto por voto. El candidato Andrés Manuel López Obrador volvió a llenar el tradicional lugar de encuentro de la izquierda mexicana, en lo que representa la mayor manifestación en la historia del DF. En su segunda asamblea informativa, el líder de la coalición progresista Por el Bien de Todos reiteró su denuncia de un fraude electoral en el escrutinio de las elecciones del 2 de julio y propuso una serie de manifestaciones pacíficas, con el objetivo de presionar al Tribunal Electoral para que acceda a un nuevo recuento. “Es nuestro derecho, lo dice la Constitución, no queremos otro fraude, queremos a López Obrador”, coreaba la gente, que desde hace cinco días marcha por todo el país.

Emocionado con la multitud, el ex alcalde de la capital mexicana, quien antes de llegar a la plaza encabezó una marcha con unos 300 mil seguidores, aseguró que ni la soledad ni el cansancio han debilitado al movimiento que encabeza. “Tengo la convicción de que no estoy solo, no estoy solo porque todos estamos juntos, vamos a hacer valer la democracia, vamos a triunfar”, afirmó. El candidato, que según el Instituto Federal Electoral (IFE) perdió por sólo unos 240 mil votos –el 0,58 por ciento–, denunció que hay irregularidades en un millón y medio de votos. “Hay cerca 1,5 millón de votos que no están sustentados en boletas electorales, las actas de escrutinio no reflejan la verdadera votación”, denunció. Además, aseguró que el IFE cometió fraude electoral al abrir el 40 por ciento de los paquetes electorales ilegalmente, una vez finalizado el escrutinio.

López Obrador también afirmó que el 60 por ciento de las actas contienen errores. “Hay miles de actas en las que la votación total es mayor o menor a los electores registrados”, aseguró el candidato de centroizquierda. “Esto explica en buena medida por qué cuando se permitió abrir algunos paquetes electorales aparecieron casos donde el candidato de la derecha fraudulentamente tenía de cien a 200 votos de más y nosotros hasta cien votos menos”, agregó López Obrador. El ganador de las elecciones según el IFE, el oficialista Felipe Calderón, mientras tanto, sigue rechazando un recuento voto por voto, aunque no se opone a las impugnaciones parciales que presentaron los asesores de López Obrador.

López Obrador aprovechó la gran convocatoria para llamar a una tercera asamblea informativa para el domingo 30 de julio. Esta tercera marcha, desde las elecciones, intentará reunir al doble de manifestantes y mantener viva las manifestaciones actuales en frente de las sedes de las autoridades electorales de algunos de los 300 distritos. “Les propongo llevar a cabo a partir de esta semana las primeras acciones de resistencia civil pacífica en comités ciudadanos se definirá qué tipo de acciones y en qué circunstancias llevarán a la práctica”, aseguró López Obrador, como conversando con la multitud que lo escuchaba.

Todos los que participaron de la protesta coincidían con que si había un recuento, el resultado cambiaría. “Con el recuento va a salir que hicieron fraude, no les va a quedar de otra”, aseguraba Soledad Martínez, de 35 años. Un grupo de estudiantes que se había autoconvocado al Zócalo fueron los menos que se animaron a plantear el posible escenario si el Tribunal Electoral no accede a sus demandas. “Si no hay solución, habrá revolución”, afirmaron. Sin embargo, desde el entorno del candidato todavía no está claro qué sucederá en este caso. Por ahora, concentran todos sus esfuerzos en conseguir el conteo voto por voto. El problema es que cuanto más tiempo pase, más difícil es que los jueces electorales accedan a este tipo de recuento exhaustivo ya que la Justicia electoral debe tomar una decisión para el 31 de agosto próximo y proclamar al nuevo presidente a más tardar el 6 de septiembre.

Ante el clima de dudas creado por el centroizquierda, el IFE informó ayer que más de 2800 paquetes electorales fueron abiertos durante el conteo oficial. “Los consejos distritales acordaron abrir el 2,2 por ciento de los paquetes electorales, que contienen los sobres con las boletas, yvolver a contar esos votos, para despejar las dudas de los partidos y las coaliciones”, afirmó el Instituto tratando de explicar algunas de las irregularidades denunciadas en los últimos días. Sin embargo, la semana pasada, la prensa mexicana había denunciado que el IFE había ordenado abrir algunos paquetes electorales. Esto es una violación a la ley electoral ya que una vez que el tema pasó al Tribunal Electoral, sólo estos jueces pueden ordenar la reapertura de este material.

En una entrevista con el diario español El País, López Obrador volvió a atacar al IFE y especialmente a su presidente, Luis Carlos Ugalde, al que ya adelantó que denunciará por manipulación del escrutinio. “Las instituciones en México no están en manos de gente con decoro”, cuestionó el ex intendente de la capital mexicana. “El país vive en una democracia ficticia y juega un papel fundamental el poder económico, que tiene mucha influencia”, aseguró el candidato, que señaló a su rival, el ex ministro de Energía de Vicente Fox, como el representante de este poder económico. “Es un pelele, un títere de un grupo muy poderoso en México y que quiere seguir devorando el país. Lo digo con todo respeto, no es un asunto personal, políticamente hablando Calderón no tiene autoridad moral”, aseguró al diario español. A pesar de estas declaraciones, el candidato no ha centrado su estrategia en una batalla verbal contra su rival, sino que prefiere cuestionar los procedimientos técnicos del escrutinio.