Jue 20.07.2006

EL MUNDO  › MUERTES, DESTRUCCION, EXODO Y COMBATE CUERPO A CUERPO EN EL MEDIO ORIENTE

Los cinco frentes siguen abiertos

Continúa la ofensiva sobre el Líbano, que incluyó una incursión terrestre del ejército israelí, donde el apoyo a la campaña dirigida por el premier Olmert es monolítico. Naciones Unidas avanza lentamente hacia una resolución. En Irak, ya se rompió la barrera de los cien asesinatos por día.

› Por Mercedes López San Miguel y
desde Beirut, Robert Fisk *

ISRAEL

Hace cuatro meses el premier Ehud Olmert fue elegido con una plataforma que incluía gestos amistosos hacia los vecinos árabes. La nueva formación de centro, Kadima, encabezada por Olmert –creada por el duro Ariel Sharon al darle un portazo al Likud– había llevado como bandera electoral la promesa de una retirada parcial de Cisjordania. Era el paso siguiente lógico tras la desconexión unilateral de Gaza ordenada por Sharon en 2005, la continuidad de la estrategia de entregar tierras a cambio de paz. Pero todo cambió. Hoy Olmert se encuentra con dos frentes de guerra abiertos y un apoyo monolítico a su estrategia militar, que incluye a los laboristas que integran su coalición de gobierno, pero también a la izquierda identificada como las palomas.

La avanzada militar en el Líbano, que ha dejado un lastre humanitario, comenzó en otro lugar: Gaza. Allí Israel busca desde hace un mes a un soldado capturado por extremistas palestinos que pidieron intercambio de prisioneros. Hace dos semanas, le siguió el secuestro de otros dos soldados israelíes en una emboscada de la guerrilla libanesa Hezbolá que les costó la vida a otros tres soldados israelíes. Estos asaltos a puestos militares en territorio israelí indignaron a la opinión pública local, ya que el servicio militar obligatorio resuena en cada familia israelí. En esas circunstancias el gobierno de Olmert sintió que no podía mostrarse débil y la dureza de la respuesta fue muy bien recibida.

Olmert no fue el único que endureció su postura en las últimas semanas. Durante la campaña para los comicios del pasado marzo, el líder del laborismo, Amir Peretz, se volcó más a los problemas sociales y económicos –como combatir la pobreza– de Israel y no tanto hacia el tema militar y el conflicto con los palestinos. El laborismo salió segundo en las elecciones y Peretz se convirtió en el primer civil que ocupó la cartera clave de Defensa. Este partido socialdemócrata está más inclinado a una solución consensuada con los palestinos, pero sin excluir el recurso al unilateralismo. Hoy Peretz viste de uniforme de guerra y a sus seguidores no les parece extraño. Es más: un 72 por ciento de los israelíes aprueba la forma en que Peretz conduce esta ofensiva, según un sondeo realizado por Yedioth Aharonoth, publicado ayer por el diario Haaretz.

Las mayores críticas en la opinión pública israelí vienen por derecha: critican a las fuerzas militares israelíes por no haber prevenido la captura de los soldados. En cambio, dentro del partido izquierdista de oposición, Meretz, Olmert mayormente cosecha elogios. El diputado Rana Cohen, de Meretz, dijo a Página/12 en Buenos Aires que apoya la decisión del gobierno de lanzar una ofensiva en el Líbano, Gaza y Cisjordania.

“Es la forma de salvar la vida de nuestra gente, porque fuimos atacados por dos organizaciones terroristas que entraron a Israel y mataron a soldados; atacaron a civiles con cohetes y al mismo tiempo capturaron a dos soldados. Ahora no hay un proceso de paz”, señaló el legislador. “Sucedió en dos lugares donde no hay ocupación israelí” (como es la desconectada Gaza y el sur del Líbano), insistió Cohen, que fue ministro del laborista Ehud Barak. “Nosotros en aquel gobierno nos retiramos unilateralmente del Líbano”, dijo Cohen. “Nos atacaron desde un país libre”, señaló a este diario quien ocupa una de las cinco bancas que sacó Meretz en el Parlamento.

Existe un consenso en cuanto a la política exterior y de seguridad de Israel, que reconoce que el ejército israelí solo no puede eliminar la amenaza de Hezbolá. Israel espera que una guerra fresca rápidamente galvanice a la comunidad internacional para que presione al gobierno libanés a ejercer autoridad sobre los milicianos que atacan a Israel y así asegurar un cese de fuego en términos aceptables para todos. Israel busca convencer a las potencias del mundo de que Hezbolá también es enemigo de Europa y de la Organización de Naciones Unidas. “Necesitamos que la comunidad internacional intervenga en el conflicto para destruir los miles de cohetes de Hezbolá”, declaró Cohen, justificando los ataques a la infraestructura de Hezbolá que arrasa con las ciudades libanesas.

Persiste el riesgo de que la comunidad internacional no tenga respuestas para ayudar al gobierno libanés, incluso con el apoyo de la opinión pública mundial. Cuanto más se agrave la situación de los civiles y aumente el ya enorme número de víctimas, las voces de disenso aumentarán. Pero Olmert y su ministro de Defensa Peretz –que no tienen la experiencia militar de sus más recientes predecesores– están decididos a seguir adelante.

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LIBANO

¿Cuánto falta para que usemos las palabras crímenes de guerra? ¿Cuántos niños deben quedar desparramados en el cemento después de los ataques aéreos de los israelíes antes de que rechacemos la frase obscena “daño colateral” y empecemos a hablar de juicios por crímenes contra la humanidad? La niña cuyo cadáver yace como una muñeca de trapo al lado de los automóviles, que supuestamente deberían llevarla a ella y a su familia hacia un lugar seguro, es un símbolo de la última guerra del Líbano; fue expulsada del vehículo en el que viajaba con su familia en el sur del Líbano huyendo de su pueblo, por órdenes de Israel. Se desconoce su nombre porque sus padres aparentemente murieron en el mismo ataque aéreo israelí. No es un soldado desconocido, sino una niña desconocida.

La historia de su muerte, sin embargo, está bien documentada. El sábado, las tropas israelíes ordenaron, usando un cuerno de buey, a los habitantes del pequeño pueblo fronterizo de Marwaheen que abandonaran sus hogares antes de las 18 horas. Marwaheen está cerca del lugar donde los guerrilleros de Hezbolá rompieron la frontera de alambre hace una semana para capturar a los dos soldados israelíes y matar a otros tres, el ataque que provocó esta cruel guerra en el Líbano. Los pobladores obedecieron las órdenes israelíes e inicialmente buscaron protección en las tropas locales de la ONU del batallón de Ghana.

Pero los soldados ghanianos, obedeciendo las líneas establecidas por los cuarteles de la ONU en Nueva York en 1996, se negaron a permitir que los civiles libaneses entraran en su base. Lo irónico es que las normas de la ONU se habían trazado después de que sus soldados brindaran protección a civiles durante un bombardeo israelí en 1996 en el sur del Líbano, donde 186 libaneses, más de la mitad de ellos niños, fueron masacrados cuando los israelíes bombardearon un complejo de la ONU en Qana que les había dado asilo.

De manera que la gente de Marwaheen partió para el norte en un convoy de automóviles que sólo unos minutos más tarde, cerca del pueblo de Tel Harfa, fueron atacados por un cazabombardero israelí F-16. Bombardeó todos los automóviles y mató a por lo menos 20 civiles que viajaban en ellos, incluyendo a muchas mujeres y niños. Doce personas murieron carbonizadas en sus vehículos, pero otros, incluyendo la niña que yace como una muñeca de trapo cerca del incendiado convoy civil, fueron lanzados fuera de los autos por la explosión de las bombas. Cayeron en los campos y valles cerca de la escena del ataque. La fotografía de la niña la tomó, a costa de grandes riesgos, el fotógrafo de Associated Press, Nasser Na-sser. Israel no expresó arrepentimiento o pesar por estas muertes.

Los inocentes seguían muriendo ayer por los ataques aéreos israelíes en todo el Líbano. Cinco civiles murieron cuando un misil israelí impactó una casa cerca de la ciudad de Nabatea. Tres miembros de la familia Hamed murieron junto con la mucama que era de Sri Lanka. En el pueblo de Srifa, en el sur del país, los ataques aéreos israelíes destrozaron 15 casas que eran los hogares de por lo menos 23 personas pero, como las excavadoras no llegan a esta parte del país, no había ninguna forma de rescatar a cualquiera que estuviera atrapado vivo en los edificios.

Las autoridades civiles libanesas pudieron dar los nombres de los muertos después del ataque israelí sobre el pueblo de Nabi Chit en el valle de Bekaa; incluían a Ali Sulieman, Daoud Hazima, Khadija Moussawi y sus hijos Bilal, Talal y Yasmine, Maouffaq Diab, Ahmed y Khairallah Mouawad, Mustafa Jroud y Bushra Shugr. Por lo menos tres de esos nombres eran de mujeres. Otros cuatro civiles murieron en un ataque aéreo en el pueblo de Lou-ssi en el este del Líbano.

¿Son éstos blancos civiles? Los israelíes alardean constantemente de su “precisión” o “precisión quirúrgica” en sus ataques. Si esto es verdad, entonces hay demasiados civiles muertos en el baño de sangre libanés para que todos sean un accidente. Y como la lista de blancos de Israel incluye ahora obviamente blancos civiles –bombardeos deliberados para castigar a la población civil– crece la evidencia en el sentido de que estos ataques aéreos están destinados tanto a matar a inocentes así como a guerrilleros de Hezbolá contra los que Israel sostiene que está luchando.

Es verdad, Hezbolá está matando a civiles en Israel, pero sus cohetes carecen de precisión. Occidente, que no ha hecho otra cosa que desaprobar levemente la matanza vengativa de Israel, seguramente espera que las fuerzas armadas israelíes muestren principios más elevados que la de aquellos hombres que tanto Israel como el presidente George W. Bush describen como “terroristas”.

Por ejemplo, ¿por qué los israelíes atacaron y destruyeron la procesadora de productos lácteos en el Líbano, la central de la empresa Liban-Lait en el valle de Bekaa? ¿Por qué bombardearon la fábrica del principal importador de los productos Proctor y Gamble en el Líbano, basada en Bchmoun? ¿Por qué destruyeron una papelera en las afueras de Beirut? ¿Y por qué, los aviones israelíes atacaron ayer un convoy de ambulancias nuevas que venían de Siria al Líbano, vehículos que eran el regalo de las autoridades de salud de los Emiratos Arabes Unidos? Según un funcionario de los Emiratos, las ambulancias estaban claramente marcadas como convoy de asistencia humanitaria. ¿Eran todos estos blancos “terroristas”? La niñita de Marwaheen, ¿era un blanco “terrorista”?

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.

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