EL MUNDO › AL COMIENZO DE SU GIRA DE ONCE DIAS POR MEDIO ORIENTE
El secretario de la ONU, Kofi Annan, pidió a la guerrilla chiíta que libere a los dos soldados israelíes y a Tel Aviv que levante el bloqueo marítimo y aéreo que le impone al Líbano.
› Por Anne Penketh *
El secretario general de la ONU reavivó los rumores sobre un acuerdo que se estaría por alcanzar para liberar a los dos prisioneros israelíes, en el primero de los once días de su delicada misión en Medio Oriente. Después de conversar con el gabinete libanés, Kofi Annan instó a Hezbolá a liberar a los dos prisioneros y dejarlos al cuidado de la Cruz Roja internacional. “Reiteré mi pedido para que los soldados secuestrados fueran liberados y que, en una primera instancia, fueran entregados, bajo el auspicio del Comité de la Cruz Roja internacional, al gobierno del Líbano o a un tercer actor”, explicó.
La captura de los dos soldados el 12 de julio pasado en una incursión en la frontera provocó los 34 días de masacre israelí. Siendo muy precavido en sus declaraciones durante la conferencia de prensa en Beirut, el jefe de la ONU también le pidió a Israel que levantara el bloqueo marítimo y aéreo que ha aislado al Líbano desde el inicio de la guerra, como una de las medidas israelíes para detener el suministro de armas a Hezbolá. Antes de dejar Nueva York, Annan le advirtió al Consejo de Seguridad en un informe que se necesitarán “compromisos difíciles” de ambas partes para alcanzar la liberación de los prisioneros israelíes y de los combatientes libaneses detenidos en Israel.
Annan tiene programadas reuniones hoy en Israel y se espera que el tema de los prisioneros esté primero en la agenda. También hay esperanza de que se alcance un acuerdo para obtener la liberación del soldado israelí secuestrado por los combatientes islámicos en Gaza (ver aparte), a cambio de prisioneros palestinos detenidos en Israel.
El domingo, el líder de Hezbolá, el sheik Hassan Nasralá, aseguró que ya habían comenzado los “contactos” para el intercambio de prisioneros, posiblemente involucrando a Italia y al presidente del Parlamento, Nabih Berri, un importante político chiíta y un aliado de Hezbolá. Israel, sin embargo, quiere asegurar que los soldados sean liberados de forma incondicional y ha negado que se esté negociando un intercambio de prisioneros.
Ayer también Annan dejó claro que se espera que Siria e Irán obedezcan los términos de la resolución de la ONU, que estableció el cese del fuego y autorizó la expansión de la fuerza de paz del sur del Líbano para vigilar la zona de seguridad. “Todas las naciones deben respetar el embargo de armas”, afirmó, sin mencionar específicamente a Siria e Irán. “Es importante que las fronteras estén protegidas y que no haya intentos de rearmarse”, agregó. Siria había amenazado con cerrar su frontera con el Líbano si las tropas de la ONU eran desplegadas allí. Sin embargo, Annan aseguró ayer que los soldados de la ONU no se establecerán a lo largo de esa frontera.
El secretario general les restó valor a los planes para desarmar físicamente a Hezbolá, al decir que el desarme deberá ser resuelto dentro del Líbano a través de un acuerdo nacional. “No nos engañemos y pretendamos que la única forma de desarmar es a través de la fuerza”, afirmó y luego hizo referencia a los ejemplos a través de la historia de los desarmes de las milicias. El apoyo a Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut –destruidos por las bombas israelíes durante la guerra– quedó demostrado más tarde, cuando Annan fue interceptado por simpatizantes de la milicia con carteles con la cara de Nasralá que lo abuchearon. A Annan se lo vio nervioso cuando los manifestantes rodeaban a su grupo y decidió acortar su visita a ese distrito.
Durante su gira, Annan también visitará Cisjordania y Gaza, Jordania, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Turquía y Qatar, que actualmente ocupa un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU. Anticipando esta visita, el gobierno turco aprobó ayer el despliegue de un contingente de soldados dentro de la fuerza de la ONU. Pero el Parlamento todavía debe ratificar la decisión del gobierno, lo que será una prueba para el presidente Tayyip Erdogan y su influencia sobre los disidentes dentro de su partido, que todavía están disconformes con el mandato de la fuerza de paz. En Roma, el gobierno también aprobó el envío de cinco buques con 2500 soldados, que partirán mañana.
Annan insistió en que las tropas de la ONU “no irán casa por casa buscando armas”, aunque tendrán el derecho a disparar en defensa propia. “Pueden tener que defenderse, pero no están allí para pelear”, afirmó. Se espera que la ONU envíe 3500 soldados al sur del Líbano, pero parece improbable que se alcance el despliegue original de 15 mil hombres de la ONU, para respaldar a los 15 mil soldados libaneses.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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