El premier israelí anunció la formación de dos comisiones para investigar lo actuado en la guerra del Líbano, pero recibió muchos cuestionamientos por el limitado alcance del mandato.
› Por Sergio Rotbart
desde Jerusalén
“La responsabilidad por la decisión de salir a la guerra y por sus resultados es totalmente mía”, dijo Ehud Olmert en el marco del discurso con el que anunció que no creará una comisión investigadora estatal sobre el desempeño de su gobierno durante la guerra en el Líbano. Si bien el premier israelí pidió paciencia para evaluar en forma más íntegra los logros del conflicto militar con el Hezbolá, por otro lado sentenció: “No permitiré que se convierta al ejército en blanco de la flagelación colectiva, no dejaré que se lo paralice durante largos meses o aún más”.
No obstante, Olmert designó dos “comisiones examinadoras” sobre la guerra: una se ocupará del papel de la dirigencia política y la otra se centrará en el accionar de la cúpula militar.
Los miembros de la primera ya fueron elegidos: la encabezará Nahum Admoni, ex titular del Servicio de Inteligencia (Mosad), y junto a él la integrarán los juristas Ruth Gabison y Yehezkel Dror y los generales (de la reserva) Yedidya Yaari y David Ivri. Se estima que la segunda comisión estará basada en la que ya designó el ministro de Defensa, Amir Peretz, liderada por Amnon Lipkin-Shahak, ex jefe del ejército, y a ella se sumarían personalidades del ámbito jurídico. Con respecto a la preparación de la defensa civil durante la guerra, el gobierno le encomendará la revisión del tema al contralor del Estado, el juez Micha Lindenstrauss.
David Ibri, uno de los integrantes de la comisión encargada de examinar la actuación del gobierno durante la guerra, fue comandante de la fuerza aérea y titular del Consejo de Seguridad Nacional. En un artículo publicado ayer en el diario Haaretz, Ibri argumentó: “Pudimos haber conseguido los objetivos razonables en el tercer día de la guerra. De ahí en adelante no había chance de mejorar los logros diplomáticos, por eso lo correcto hubiese sido parar”.
Varios representantes del campo político criticaron la decisión del primer ministro y su opción de haber descartado la creación de una comisión investigadora estatal. El ministro laborista Ophir Pines dijo que se opondrá a la medida, dado que “la comisión que propuso Olmert para investigar al poder político carece de una clara autoridad y de agenda”. Pines agregó que la existencia de más de una comisión creará un estado de confusión. El líder de su partido, Amir Peretz, se abstuvo hasta el momento de pronunciarse sobre el tema. Zehava Gal-On, titular de la bancada parlamentaria del partido de centroizquierda Meretz, llamó a los designados miembros de la comisión creada por Olmert a no servir como taparrabos encubridores de la verdad. Desde el otro flanco del arco político, el vocero del partido derechista Likud señaló que “es ilógico que el primer ministro designe una comisión que revisará su propio desempeño”. Mientras que Efi Eitam (Unidad Nacional) definió la instancia investigadora “comisión de encubrimiento y rehuida de la responsabilidad”.
Los organizadores de la protesta de los soldados reservistas que combatieron en el Líbano, por otro lado, manifestaron su condena a la decisión gubernamental de no crear una comisión investigadora estatal. Y si bien la causa que defienden no ha crecido, a juzgar por el número de manifestantes que congrega, sus líderes esperan que el paso dado por Ehud Olmert sea un buen motivo para promover la concurrencia de adherentes que hasta ahora preferían no salir de sus casas. “Olmert creó tres comisiones, sólo falta la comisión de decorado. Es un acto de manipulación, trucos de abogado”, dijo Nir Hirshman, vocero de la protesta. Eliad Shraga, titular del Movimiento por la Transparencia Gubernamental, inició, junto con otros tres miembros del organismo, una huelga de hambre destinada a conseguir la creación de una comisión estatal. Shraga no oculta su enojo: “El primer ministro demuestra que quizá la exigencia de su renuncia sea lógica, quizá no sea digno del puesto que ocupa. Se crearon comisiones investigadoras por cosas más ínfimas, como la caída de las acciones de la bolsa en los años ’80. Se trata de otra maniobra sucia de sus asesores de imagen”.
Por su parte, los familiares de soldados caídos en el Líbano decidieron endurecer los términos de su protesta contra el gobierno. Ayer realizaron una marcha desde el Centro Beguin, en Jerusalén, hasta la casa del primer ministro bajo la consigna “Olmert, no podés más” (parafraseando al dicho del ex premier Menajem Beguin, quien abandonó su cargo a raíz de la primera guerra del Líbano). Allí iniciaron una huelga de silencio hasta que el actual premier acepte recibirlos. “Si no se reúne con nosotros debido a la potencia de las palabras, lo hará debido a la potencia de nuestro silencio”, explicó Elifaz Baluha, cuyo hijo Nadav murió en la reciente guerra.
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