Los comités de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando anunciaron una huelga para el viernes en protesta por el nuevo reglamento de la Constituyente que permite votar por mayoría absoluta los artículos individuales.
› Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz
Las organizaciones cívicoempresariales de los departamentos autonomistas del oriente y del sur del país aprobaron en la madrugada de ayer un paro de 24 horas para este viernes. En su declaración final rechazan por “ilegal” el reglamento de la Asamblea Constituyente recientemente aprobado, reclaman el respeto a las autonomías y anuncian la conformación de la Alianza Nacional, una suerte de Unión Democrática “made in Bolivia”, junto a los partidos conservadores. Los líderes orientales defienden la aprobación de los artículos de la nueva Constitución por mayoría especial de dos tercios –a diferencia del MAS que quiere aprobarlos por mayoría absoluta– y rechazan que la Asamblea esté por encima de los poderes constituidos tal como promueve el oficialismo.
Es la primera medida de fuerza regionalista contra la administración de Evo Morales, pero los delegados llegaron con posiciones divergentes sobre la conveniencia de forzar el paro, que muchos consideran prematuro. “La mayoría del comité cívico de Santa Cruz no quería ir al paro pero hubo fuertes presiones de los comités de Beni y Tarija, además de organizaciones empresariales cruceñas como la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) –que resiste la reforma agraria de Morales– y la Cámara de Industria y Comercio local”, le dijo a Página/12, en reserva, uno de los participantes de la reunión. Allí estuvieron presentes el partido Podemos, del ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que mantienen su influencia en la denominada “media luna”: Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando. Pero Podemos no logró hacer aprobar el repliegue de los constituyentes hasta después del paro cívico con lo que mañana todos los partidos retornarán a Sucre a “seguir las negociaciones”, según la posición mayoritaria de este flamante estado mayor de la oposición conservadora.
Ayer, el denominado Bloque Oriente, conformado por campesinos e indígenas, rechazó con dureza la medida de presión “de la oligarquía”. Los pobladores del Chaco boliviano tampoco se sumaron. Y las fuerzas armadas dejaron saber que “defenderán la Asamblea Constituyente y no permitirán la división del país”, un mensaje cuyo destinatario no dejaba lugar a dudas.
Entretanto, la guerra siguió por los medios de comunicación en una efectista escalada verbal. “Si hay que agarrar las armas como en el ’52 (cuando se produjo la Revolución Nacional) tendremos que hacerlo”, amenazaron los cocaleros de los yungas de La Paz. “Derrotamos el autoritarismo de (Gonzalo) Sánchez de Lozada y ahora derrotaremos el autoritarismo del MAS”, dijo el constituyente de Podemos, Fernando Messmer, como si la caída de “Goni” hubiera sido obra de la derecha.
El gobierno se mantiene en su posición. “Hubo unas 18 asambleas constituyentes en la historia de Bolivia que no cambiaron nada, ahora no estamos hablando de una reforma constitucional sino de refundar Bolivia, y los dos tercios son para empantanar todo y evitar esa refundación”, declaró Morales a la prensa al visitar al asambleísta Román Loayza, quien evoluciona favorablemente del grave accidente del viernes, cuando cayó por una fosa en la sede de la Asamblea y quedó en coma. Hoy continuarán las sesiones para tratar de llegar a puntos de consenso. El oficialismo busca atraer a la “derecha moderada” y aislar a la “dura”.
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