EL MUNDO › EL TRIBUNAL ELECTORAL NO TUVO EN CUENTA LAS IMPUGNACIONES DE LA OPOSICION
La resolución del Tribunal no despejó las dudas sobre un posible fraude. En sus fundamentos reconoció la existencia de irregularidades durante los comicios, pero argumentó que “no existen las elecciones perfectas”. La coalición de centroizquierda no reconoció la derrota, tal como hicieron otros partidos de la oposición.
› Por Gerardo Albarrán de Alba
Desde México D. F.
En México, terminó la incertidumbre legal. Habemus presidente. Felipe Calderón fue declarado presidente electo para el período 2006-2012 por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, luego de calificar como válida la elección y concluir que el cómputo de votos le dio la mayoría al candidato de la derecha. Ahora sigue la incertidumbre política, en buena medida, porque no se despejaron las dudas sobre la posible existencia de un fraude electoral.
La resolución del Tribunal reconoció la existencia de todos y cada uno de los reclamos de la coalición Por el Bien de Todos por las irregularidades existentes antes y durante la jornada electoral del pasado 2 de julio, incluyendo que la intervención del presidente Vicente Fox en favor de Calderón fue la mayor irregularidad registrada y “puso en riesgo la validez de los comicios”. Sin embargo, reconoció implícitamente que no supo cómo evaluar su impacto real sobre la voluntad de los electores y consideró que, al final, no incidió en el resultado.
Los magistrados –que pasaron la noche en las instalaciones de su sede para evitar un plantón de la coalición– dejaron entrever en su dictamen que el Tribunal contempló la posibilidad de la anulación de la elección presidencial, ante el cúmulo de irregularidades planteadas por la coalición, si éstas se hubieran acreditado y acumulado a otras circunstancias. Pero la coalición que postuló a López Obrador no pudo demostrar sus reclamos.
El Tribunal Electoral oficializó 14 millones 916 mil 927 votos (35,71%) para el candidato del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), mientras que al candidato de la coalición Por el Bien de Todos (PRD-PT-Convergencia), Andrés Manuel López Obrador, sólo le reconoció 14 millones 683 mil 96 votos (35,15%), es decir, una diferencia de apenas 233 mil 831 votos, equivalente a 0,56 por ciento.
El PRI, que gobernó México durante más de 70 años, confirmó su caída al tercer lugar con apenas 9 millones 237 mil votos, con todo y su alianza con el PVEM. Dos nuevos partidos, Alternativa Socialdemócrata y Campesina (PASC) y Nueva Alianza (Panal), obtuvieron un millón 124 mil 280 y 397 mil 550 votos, respectivamente. En total, se anularon un millón 198 mil 577 votos, de un total de 41 millones 557 mil 430 emitidos.
“Ahí están nuestras razones, que nos juzgue quien nos quiera juzgar. Ojalá lo haga leyendo nuestras razones”, dijo el presidente del Tribunal Electoral, Leonel Castillo, quien dejó a la historia la valoración de su actuación, en la que reconoció –pero desestimó– violaciones a la ley por la ilegal participación de grandes corporaciones privadas que alimentaron una campaña sucia contra López Obrador y por la intervención de personajes extranjeros –como el ex presidente español José María Aznar– en favor de Calderón. Según el Tribunal, tampoco se pudo demostrar la manipulación del padrón electoral ni de los programas sociales asistencialistas del gobierno de Fox. En suma, el Tribunal dijo no haber encontrado “sustento objetivo” para descalificar la elección presidencial.
Entre sus razones, destaca: “No hay elección perfecta, ésa es una realidad de la que debemos partir y creer lo contrario es una utopía, una fantasía; hay que juzgar con base en la normalidad, no en quimeras”.
A las afueras del Tribunal, los simpatizantes de López Obrador lloraban y gritaban: “Fraude, fraude, fraude”.
Con este fallo terminó oficialmente el proceso electoral federal. Sigue una serie de formalidades: el Tribunal Electoral deberá comunicar su resolución a la Cámara de Diputados, la cual debe emitir un Bando Solemne para dárselo a conocer al conjunto de la república, a través de los Congresos locales. Esto podría ocurrir en la sesión legislativa de mañana, jueves, aunque se prevé una jornada tormentosa. Nunca en la historia de México se ha discutido ni sometido a votación del pleno la emisión de ese Bando Solemne.
Y la transmisión de poderes, el 1º de diciembre.
Apenas un par de minutos después de que el Tribunal Electoral emitiera su fallo, Vicente Fox se enteró. El presidente estaba a casi 1300 kilómetros de la Ciudad de México, en Cancún, cuando un elemento del Estado Mayor Presidencial le entregó una tarjeta con la noticia. Fox leyó el mensaje y sonrió, mientras se lo pasaba a su esposa, que compartió su sonrisa. El papel volvió a Fox, que ya no ocultó su satisfacción e improvisó una felicitación a su candidato, “deseándole lo mejor de lo mejor para su gestión”. Mañana recibirá a Calderón en la residencia oficial de Los Pinos.
Al mismo tiempo, el resto de los partidos políticos que no formaron parte de la coalición se apresuraron a reconocer a Calderón como presidente electo, mientras el PRD, el PT y CD guardaron silencio, a la espera del posicionamiento que haría horas después López Obrador. Sin embargo, un diputado dejó entrever el ánimo prevaleciente en la izquierda mexicana: “Es patético. El Tribunal reconoce que el presidente Fox y los empresarios violaron la ley, y en castigo les entrega la presidencia de la República”.
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