Al gobernador mexicano de Oaxaca, Ulises Ruiz, se le abrió otro frente, esta vez por derecha: el secretario de la Gobernación comenzó a negociar con los distintos sectores políticos para conseguir su renuncia, tal como exigen los asambleístas.
› Por Gerardo Albarrán de Alba
Desde México, D. F.
El gobernador de Oaxaca, el priísta Ulises Ruiz, descalificó como interlocutor válido al secretario de Gobernación, Carlos Abascal, y le reprochó por haberse “excedido” en las negociaciones con la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO). Si bien la cabeza del gobernador sigue sin estar en la mesa de negociación, como lo reclama el movimiento que mantiene paralizada a la capital del estado desde hace más de cuatro meses, Abascal ha comenzado a operar políticamente para que el Senado de la República analice la viabilidad de declarar la desaparición de poderes en Oaxaca. Esto podría ocurrir en algún momento, según se acuerde nombrar a un gobernador sustituto que termine el mandato constitucional de Ruiz –para lo cual habría que esperar a los primeros días de diciembre–, o que sea un gobernador interino quien convoque a nuevas elecciones, si la caída de Ruiz ocurre antes de que se hayan cumplido los primeros dos años de su mandato.
Sin embargo, el primer escenario tiene la complicación de que ocurriría con Felipe Calderón ya como presidente en funciones, por lo que habría heredado el conflicto, mientras que en el segundo caso sería Vicente Fox quien tendría la responsabilidad de resolverlo antes de la transmisión de poderes. Los presidentes saliente y entrante discutieron ayer el asunto durante un encuentro en la residencia oficial de Los Pinos, sin que trascendiera el contenido de la conversación, que debió incluir la postura beligerante del gobernador oaxaqueño.
Por la mañana de ayer, en lugar de la programada mesa de negociación con sectores oaxaqueños, solamente se reunió una comisión para redactar el borrador de un pacto por la gobernabilidad, la paz y el desarrollo en ese estado. Esta era una pieza clave en los cálculos del secretario de Gobernación, quien requería consensos para operar sus planes con miras a recuperar el control de la capital de Oaxaca mediante el uso de fuerzas policíacas federales e incluso militares. Sin embargo, primero los maestros de la sección 22 y la APPO, y ahora el gobernador Ulises Ruiz, han mermado su capacidad de convocatoria.
Ruiz había anunciado la noche del martes que la mañana de ayer reabrirían todas las oficinas públicas en la capital del estado, para aparentar ante la subcomisión senatorial que ayer mismo arribó que el gobierno local trabaja normalmente. En respuesta, la APPO reforzó barricadas y, en una demostración de verdadera fuerza, cerró la carretera 190 que conecta a la capital del estado con la Ciudad de México, “hasta que caiga Ulises Ruiz”. Además, durante la mañana, envió brigadas a tomar nuevamente los edificios públicos que en un momento ya había ocupado, como la Secretaría de Gobierno del estado, del Registro Civil, Secretaría de Finanzas, Secretaría de Economía, el archivo central, la beneficencia pública y el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca. Maestros de la sección 22 y miembros de la APPO impiden todavía el acceso al Congreso, al Palacio de Gobierno y a los tribunales de justicia.
En la Ciudad de México, los magistrados del Tribunal Superior de Justicia del estado argumentaron anteel Senado que funcionan “normalmente”, excepto en la ciudad de Oaxaca, donde la APPO mantiene ocupadas las oficinas del Poder Judicial. Según el magistrado presidente, Héctor Mafud, por esa razón “es improcedente” que el Senado declare la desaparición de poderes en Oaxaca.
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