EL MUNDO › DECENAS DE MILES DE PERSONAS VIVARON AL PRESIDENTE DE BOLIVIA EN EL DIA DE LA RAZA
Después de una semana difícil, en la que tuvo que lidiar con varios focos de conflicto y rumores de golpe de Estado, Morales convocó a una movilización y dio un emotivo discurso en el que aseguró que la revolución continuará con o sin él, una referencia a los golpistas.
Miles de indígenas asistieron ayer en La Paz a una colorida concentración que sirvió de espaldarazo para el presidente boliviano Evo Morales, cuyo gobierno afrontó en los últimos días rumores de un supuesto golpe de Estado. “Este 12 de octubre es el día de la liberación”, subrayó Morales en su intervención ante decenas de miles de personas, al aludir a la conmemoración del Día de la Raza. “Llegó la hora de cambiar a nuestra Bolivia, llegó la hora de vivir en igualdad de condiciones”, proclamó el mandatario indígena en su vibrante discurso. “Este (proceso de) cambio en Bolivia no se para (...), esta revolución democrática cultural con Evo Morales o sin Evo Morales va adelante, nadie va a parar el cambio en Bolivia”, afirmó. El presidente boliviano puso de esta forma a prueba su respaldo en las calles, tras varias semanas de conflictividad y protestas convocadas por transportistas y mineros, entre otros sectores.
Empuñando banderas de Argentina, Colombia, Ecuador, Perú, entre otros países, y numerosas “wiphalas” (de las comunidades nativas en Bolivia), la concurrencia se dio cita en la histórica Plaza de los Héroes de La Paz, en un evento que el gobierno del dirigente aymara describió como la “marcha por la democracia”. El evento contó con la participación de los asistentes al primer Encuentro de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala (América) de campesinos, cultivadores de hoja y mineros, que finalizó ayer en La Paz. “Nuestro hermano es Evo, por eso estoy aquí”, dijo una india aymara que asistió al encuentro.
“Queremos, de verdad, refundar Bolivia con mujeres del campo y la ciudad, con profesionales, empresarios, indígenas, pero no queremos someter ni subordinar a nadie, queremos igualdad”, resaltó Morales en su discurso, respondiendo a las acusaciones de discriminación que le hizo la oposición. “Este acto es la muestra de la unidad del pueblo boliviano, dispuesto a recuperar los recursos naturales”, agregó el mandatario. Además, llamó a los sindicatos que todavía enfrentan a su gobierno a percibir que “es hora de que todos seamos instrumento de liberación y no de opresión”.
El gobierno boliviano logró precisamente ayer los primeros acuerdos con transportistas y mineros, con lo que disminuyó la tensión por los conflictos que mantenían estos sectores. El principal foco de protestas contra el gobierno –una huelga de choferes de 48 horas que debía iniciarse ayer– fue desarticulado a último momento, de manera que las actividades recobraron normalidad en todo el país, a excepción del departamento sureño de Oruro, donde hay un paro por demandas regionales.
El acuerdo con los transportistas fue establecido tras 14 horas continuas de negociación y suscrito en la mañana de ayer entre el gobierno y la Confederación de Choferes de Bolivia, que protesta por la intención del gobierno de legalizar miles de automóviles que fueron ingresados de contrabando desde Chile y Perú. El ministro de Hacienda, Luis Alberto Arce, confirmó la suscripción de un “acta de entendimiento” entre los sectores, que permite a los choferes intervenir en la redacción del reglamento de un decreto que autoriza la legalización de dichos vehículos.
En otro frente es la fuerte pugna entre mineros estatales y cooperativistas. La semana pasada se enfrentaron en la mina de estaño de Huanuni, con un saldo de 16 muertos y 61 heridos. Ese frente también está momentáneamente controlado. Una misión de alto nivel del gobierno abrió negociaciones por separado con ambos sectores y encontraron demandas comunes que podrían servir de base para un futuro entendimiento, según el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada. En tren de evitar nuevos enfrentamientos, el primer acuerdo con los mineros establece que el gobierno brindará asistencia económica a las familias de los muertos de ambos bandos y correrá con los gastos de curación de los heridos, algunos de los cuales podrían ser trasladados a Cuba, dependiendo de la gravedad de sus lesiones.
“Creemos que puede haber alguna solución (de fondo para el conflicto minero), en caso contrario insistiremos con el juicio de responsabilidad contra Evo”, dijo ayer Pedro Montes, el titular de la Central Obrera Boliviana (COB). El líder minero, que se quejó de no haber sido invitado hasta ahora a conversar con el presidente boliviano ni a participar del acto de ayer, reconoció sin embargo que el nuevo ministro de Minería, Guillermo Dalence, “es un compañero que sabe de minería, no como el anterior (Walter Villarroel)”, que respondía a los cooperativistas privados del sector.
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