EL MUNDO › NUEVOS TESTIMONIOS DE TORMENTOS EN LA CARCEL
› Por Rupert Cornwell *
Mientras que Estados Unidos rechazaba las nuevas críticas del gobierno británico sobre Guantánamo, Heather Cerveny, una sargento del Marine Corps de 23 años, hizo nuevas acusaciones de que guardias militares trataban brutalmente a los internos en la prisión de alta seguridad para sospechosos de terrorismo en el sudeste de Cuba. En una declaración jurada, Cerveny dice que se encontró con varios guardias de la prisión en un club de la base, y que éstos le contaron de severos abusos a los detenidos. Los guardias aducían que los abusos eran un lugar común y que estaban justificados. Las acusaciones están siendo investigadas por el Comando del Sur de Estados Unidos, bajo cuya jurisdicción está Guantánamo.
En una entrevista con ABC News, la sargento Cerveny contó cómo un soldado le dijo específicamente: “Tomé al detenido por la cabeza y se la incrusté contra la puerta de la celda”. Sostiene que el guardia también dijo: “Ese tipo me enojaba. Ya sabés, le pegué en la cabeza”. Dice que después le preguntó a uno de los guardias que alardeaba de las golpizas sobre qué consecuencias habían tenido para él el haber abusado de los prisioneros. “Y el guardia dijo que ninguna.” Cerveny añadió “esto no era un alarde de muchachos en un bar. Lo tomé como algo que ellos hacen”. La declaración jurada fue presentada al inspector general del Pentágono, de acuerdo con la política militar de incentivar que los hombres de armas informen sobre abusos después de la tormenta de críticas nacionales e internacionales sobre el tratamiento de prisioneros en Guantánamo y en la cárcel de Abu Ghraib, cerca de Bagdad. El inspector general remitió la declaración jurada a Comando del Sur.
Las acusaciones son las más recientes en una larga serie de relatos sobre el abuso de detenidos y no son ni las más escandalosas ni las más gráficas. Pero son particularmente molestas porque se contradicen con las recientes declaraciones de la Casa Blanca y del Pentágono de que el problema había sido resuelto. El mes pasado, mientras presionaba para que el Congreso aprobara legislación que establecía nuevas reglas para la detención y el juicio de sospechosos terroristas, el presidente Bush declaró que las tropas de Estados Unidos “debían estar muy orgullosas” del trabajo que habían hecho en Guantánamo. Los más de 458 internos incluyen ahora 14 importantes sospechosos transferidos ahí en septiembre después de años de detención incomunicada en cárceles secretas de la CIA en el exterior.
Esta semana se confirmó que este grupo –que incluye a Khalid Sheik Mohammed, el supuesto cerebro de los ataques del 11 de septiembre, y Abu Zubaydah, otro importante operativo de Al Qaida– recibieron la visita de la Cruz Roja, su primer encuentro con funcionarios independientes desde su captura.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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