EL MUNDO
Hagamos que no somos terroristas
Pakistán anunció ayer la prohibición de dos grupos fundamentalistas en Kashmir en reacción a la presión mundial.
India esperaba una respuesta de Pakistán y ayer finalmente llegó: el presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf, dio un discurso en el que anunció la prohibición de los dos grupos extremistas musulmanes Lashkar-i-Toiba y Jaish-i-Mohammed –acusados por India de los ataques suicidas a su Parlamento el 13 de diciembre– y de otras facciones radicales de Pakistán. Musharraf advirtió a India que no cruce la frontera porque hará uso de toda su fuerza –que cuenta como India con arsenal nuclear–, respondiendo al anuncio que hiciera India el viernes que su ejército estaba preparado para la guerra. El discurso de Musharraf frenó la presión internacional que se le venía encima, puesto que Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea acogieron bien el rechazo al terrorismo de Pakistán, e India dejó para hoy su reacción a los anuncios de su vecino rival.
“Pakistán no va a permitir que su territorio sea utilizado para actividades terroristas”, dijo en su discurso el presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, anunciando que prohibía a los grupos extremistas islámicos Lashkar-i-Toiba y Jaish-i-Mohammed, a los que India responsabiliza los atentados suicidas al Parlamento de Nueva Delhi del 13 de diciembre que causaron 14 víctimas y recrudecieron la violencia entre ambas potencias nucleares. Además Musharraf prohibió otras facciones radicales del país: la organización sunnita Sipah-i-Sahaba y Tehreek-iJafria, de la rival secta chiíta. Pero afirmó que no entregará a paquistaníes a los tribunales indios. “No cabe discusión alguna en torno a la entrega de cualquier paquistaní a India. Nunca lo haremos. Si India muestra pruebas en contra suya, entonces serán juzgados en los tribunales de Pakistán”, afirmó Musharraf. El gobernante de facto dijo que tampoco arrestará a los 20 terroristas que India le mandó en una lista.
A todo esto, Musharraf aseguró que no habrá cambios drásticos en la política paquistaní respecto a la disputada región de Kashmir. Es más, advirtió a India que no cruce la frontera –aludiendo al despliegue de soldados indios en la frontera paquistaní– porque su país responderá con toda su fuerza, que incluye armamento nuclear. India había advertido que tenía a su Ejército “preparado” para la guerra. Musharraf reiteró la posición paquistaní respecto de la disputa territorial que en esa zona mantiene con India al afirmar que “Kashmir corre por nuestra sangre. Ningún paquistaní puede cortar sus lazos con ella (...) Nuestro apoyo moral, diplomático y político a Kashmir continuará. Nunca nos retractaremos de nuestra postura respecto a Kashmir”.
India acusa a Pakistán de fomentar la revuelta secesionista impulsada por extremistas musulmanes en la zona de Kashmir bajo control de Nueva Delhi. Musharraf dijo ayer al respecto que “apoyamos una solución pacífica, el diálogo y la resolución de la disputa mediante resoluciones de Naciones Unidas. No se le va a permitir a nadie el terrorismo en el nombre de Kashmir”. Además, instó al primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, a que cambie su postura e inicie el diálogo con Pakistán, y pidió la mediación de Estados Unidos. Aunque estas demandas son inaceptables para India, el gobierno de Nueva Delhi se reservó para hoy su reacción a las palabras de Musharraf, que fueron un alivio para la comunidad internacional, principalmente para Estados Unidos, Rusia -tradicional aliado de India– y la Unión Europea. Entre tanto, la tensión en la región continuó ayer en medio de acusaciones mutuas de Pakistán e India por los enfrentamientos registrados en la frontera común, que se sumaron a las acusaciones contra Nueva Delhi de haber asesinado a varios civiles en la disputada región.