Cuando el proceso de paz entre el gobierno español y el grupo separatista ETA parecía estar a punto de entrar en una vía muerta, ayer se supo que el jueves de la semana pasada se llevó a cabo un encuentro secreto en un país europeo entre representantes de ambas partes en el que se habrían producido inesperados avances. La noticia, que no fue confirmada ni desmentida por la administración de José Luis Rodríguez Zapatero, sacudió el mundillo político madrileño e hizo aumentar las expectativas con respecto al próximo encuentro que mañana mantendrán el primer ministro español y el jefe del opositor Partido Popular, Mariano Rajoy.

La novedad llegó de la mano de los periódicos vascos El Correo y El Diario Vasco pertenecientes al grupo Vocento, que –sin especificar cuáles fueron sus fuentes– afirmaron ayer que en la reunión el Ejecutivo socialista pudo verificar, en el primer encuentro oficial desde que comenzó el proceso en marzo de este año, que ETA no tiene intenciones como se suponía de romper la tregua armada.

La noticia obligó al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a convocar a una rueda de prensa, en la que el oficialismo no negó ni confirmó la información. Rubalcaba optó por conservar el bajo perfil mediático con el que el gobierno español trata el espinoso tema de las negociaciones de paz con ETA y se limitó a afirmar que no hay novedades relevantes que merezcan ser conocidas por la opinión pública.

“Desde el ministerio nunca hemos desmentido, confirmado ni matizado esas informaciones”, señaló. “No hay novedades relevantes para comunicarles.”

Por su parte, la emisora de radio Cadena SER afirmó por la mañana que según fuentes cercanas a ETA la reunión se había producido, aunque no fuera de España y a nivel de emisarios de bajo rango, sin que estuvieran implicadas figuras relevantes de ninguna de las partes.

Tanto revuelo mediático en un momento en el que el proceso de paz se halla estancado, sobre todo después de lo ocurrido en Francia hace dos meses, cuando ETA robó de una fábrica de armas más de 350 pistolas, despertó la sospecha de los medios de comunicación. Diarios y noticieros no dejaron de relacionar la publicación de la noticia con la celebración del encuentro que mantendrán mañana Rodríguez Zapatero y el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, luego de nueve meses de silencio, tensión e incomunicación entre ambos partidos.

Zapatero convocó a Rajoy al Palacio de la Moncloa con el objetivo expreso de lograr que el jefe de la oposición modifique su política de negarle el respaldo al PSOE en este delicado proceso. A lo largo de los últimos 20 años, todos los intentos que se hicieron de alcanzar la paz con el grupo separatista vasco fueron apoyados por el partido que en ese momento se hallaba en la oposición. Por lo que la actitud actual del PP es considerada por los socialistas como una ruptura inaceptable provocada por el temor que, según el PSOE, tiene el PP de que sea Zapatero el que finalmente se lleve los laureles si el proceso llega a buen puerto.

En su comparecencia pública de ayer, Pérez Rubalcaba fue extremadamente cauto en vista de las complicaciones que viene sufriendo el proceso acosado por las constantes explosiones de violencia callejera protagonizadas por los grupos sociales cercanos a ETA en las principales ciudades del País Vasco.

Ayer, un grupo de jóvenes bloqueó las vías del ferrocarril, quemando neumáticos en Vitoria, la sede del gobierno vasco. Anteayer otro grupo había lanzado bombas molotov y destruyeron un cajero automático en la localidad de Astigarraga. Estos hechos ocurrieron horas después de que el juez Baltasar Garzón prohibiera una serie de manifestaciones pro-ETA que habían sido convocadas para el día de ayer.

También se registraron incidentes anteayer por la noche en el sur de Francia: dos etarras se toparon con un control policial y para evitar ser detenidos secuestraron por unos minutos a una mujer a punta de pistola.

Rubalcaba hizo de todos modos un pequeño gesto a la prensa al admitir que el proceso de paz ya no está encallado, como había afirmado días atrás, sino que se encuentra en fases preliminares. Teniendo en cuenta la mesura con la que la administración socialista elige habitualmente las palabras a la hora de hablar del tema, quedó claro que el gobierno español ha logrado destrabar la situación, aunque nadie sabe a ciencia cierta hasta qué punto.