EL MUNDO › LA PRECANDIDATA PARA 2008 CRITICO LA ESTRATEGIA DE LA CASA BLANCA
Hillary Clinton estuvo dos días en Iowa, un estado clave para las primarias demócratas y justificó su voto inicial a favor de la guerra.
› Por Andrew Buncombe *
Desde Des Moines, Iowa
Pobre la banda de jazz de la Escuela Secundaria del este de Des Moines. ¿Cuántas veces les pidieron que empezaran a tocar para presentar a Hillary Clinton, sólo para descubrir después que la senadora todavía no estaba lista para hacer su gran entrada en el gimnasio escolar? Clinton dejó a su audiencia esperando media hora, aunque tuvo una buena razón. Era tal la cantidad de personas que querían participar de la primera visita de la senadora a Iowa desde que anunciara su intención de pelear por la Presidencia, que no había suficiente lugar en el gimnasio y, por eso, lo primero que hizo Clinton fue ir a agradecer a aquellas personas afuera. Después se dirigió al gimnasio y habló de todo: defendió su voto a favor de la guerra, criticó la estrategia actual en Irak, presentó sus propuestas de educación, salud y seguridad. De lo único que no habló fue de su esposo y su rol en un eventual gobierno suyo.
“Bueno, soy Hillary Clinton”, dijo cuando finalmente llegó al escenario. “Soy candidata a presidente y espero ganar”, agregó. Iowa no es un bastión de la ex primera dama. Las encuestas la dan cuarta detrás del ex candidato a vicepresidente demócrata, John Edwards, su futuro rival en las internas; el senador negro Barack Obama, y el ex gobernador de ese estado, Tom Vilsack. Por eso, antes de empezar su primera “conversación” con la gente de Iowa, Hillary ya había sentido la presión de sus propios correligionarios. Ayer por la mañana, en una reunión con funcionarios locales del partido, le pidieron que explique por qué había votado a favor de ir a la guerra en 2003. “Acepto la responsabilidad de mi voto. Pero no hay vuelta atrás en la vida. Ojalá hubiera. Actué como mejor me pareció en ese momento”, respondió la senadora de Nueva York, que ayer dejaba el estado para continuar con su campaña.
Horas más tarde, la precandidata retomó el tema, pero esta vez para cuestionar la estrategia actual del gobierno. “Sería una completa irresponsabilidad que Bush deje el problema de Irak al próximo presidente. Deberíamos esperar que él saque a nuestro país de esto antes de que deje la Casa Blanca”, aseguró. En el encuentro partidario, la senadora de Nueva York adelantó que está dispuesta a pelear duro. “Cuando a uno lo atacan, uno debe derribar a sus oponentes”, fue la enseñanza que sacó Hillary de la campaña de John Kerry en 2004.
A la gente de Iowa le gusta creer que son personas informadas, que se guían por el sentido común y que difícilmente se impresionan con la seguidilla de políticos que, cada cuatro años, hacen un peregrinaje por el estado –Iowa es el primer estado en las primarias en elegir al candidato presidencial–. Pero en un tarde clara y congelada, Clinton fue recibida en medio de un clima de semihisteria. La primera pregunta que le hizo la audiencia fue si una mujer podía ganar la presidencia estadounidense. “Somos buenos para romper barreras y hacer cosas que nadie se ha animado hacer antes. El hecho de que soy una mujer y una madre es parte de mi personalidad. Pero le voy a pedir a la gente que vote a la persona que crean que sería el mejor presidente de Estados Unidos”, aseguró.
Aunque los sondeos la dan cuarta en Iowa, a nivel nacional la senadora lleva una ventaja de 20 puntos porcentuales con respecto a sus compañeros demócratas. “Creo que tiene mucho trabajo por hacer”, advirtió el profesor Peverill Squire, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Iowa. Parece que la gente de Clinton lo escuchó.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
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