Dom 04.02.2007

EL MUNDO

Histórica gira del premier de China por Africa para mejorar el comercio

Con el conflicto de Darfour sobrevolando el viaje, Hu Jintao visita ocho países africanos, donde la influencia comercial y política de la potencia asiática es cada vez mayor. Los anuncios de obras de Pekín y el apoyo al plan de paz de la ONU para su aliado Sudán.

› Por Cecilia Jan *
Desde Pekín

Con un saco de promesas de ayuda bajo el brazo, el presidente de China, Hu Jintao, inició el martes su segunda gira en menos de un año por Africa, en un viaje que tratará de reforzar los cada vez más estrechos lazos comerciales con el continente. El viaje por ocho países, incluido Sudán, también mostrará hasta qué punto está dispuesto Pekín a usar su influencia como potencia internacional y socio comercial para resolver el conflicto de Darfur.

Un día antes de iniciar la gira, Pekín anunció una batería de medidas, “sin condiciones políticas”, para allanar aún más un camino que sus interlocutores africanos están deseosos de recorrer: la concesión de tres mil millones de dólares en créditos preferenciales en tres años, la duplicación de las ayudas para proyectos asistenciales, sociales y culturales y de los préstamos sin intereses en el mismo plazo y la condonación de deudas vencidas a finales de 2005 a 33 países africanos.

Además, Pekín ha anunciado que construirá de forma gratuita un centro de convenciones de 50 mil metros cuadrados para la Unión Africana (UA), así como hospitales y colegios. Estas medidas tratan, según el Ministerio de Comercio, de cumplir las promesas hechas por Pekín en el pasado Foro Chino-Africano, que reunió en noviembre pasado en la capital china a los jefes de Estado o de Gobierno de más de 40 de los 53 países del continente. Según el anuncio, las ayudas se ofrecen sincera y desinteresadamente. “No hay condiciones políticas ni interferencias en los asuntos internos”, explicó un funcionario del ministerio a la agencia estatal Xinhua.

Es precisamente esta ausencia de exigencias –bien sea de transparencia, lucha contra la corrupción o respeto a los derechos humanos– la que suscita la crítica de países occidentales y de organizaciones humanitarias. Pekín cumple al pie de la letra el precepto de no injerencia en los asuntos de los países en los que invierte, en un continente que suministra casi un tercio de las importaciones de petróleo necesarias para alimentar el imparable crecimiento chino. El comercio bilateral ChinaAfrica creció hasta los 55.500 millones de dólares en 2006 y puede doblarse en 2010.

Pero esta política podría cambiar. Las acusaciones de colonialismo económico obligan a Pekín a buscar un papel político y a no cerrar la vista a conflictos como el de Darfur, mientras compra petróleo y da ayuda económica y militar al presidente sudanés, Omar al Bashir. Precisamente, la visita a Sudán, el viernes y el sábado, es una de las etapas clave de esta gira de 12 días, que lo llevará a Camerún, Liberia, Zambia, Namibia, Sudáfrica, Mozambique y a las islas Seychelles. En abril visitó tres países africanos.

La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Jiang Yu, dijo el martes que China apoyaría el envío de una fuerza conjunta de paz de la ONU y la UA a Darfur. Actuaremos, sin duda, para apoyar una moción en el Consejo de Seguridad para financiar dicha fuerza, dijo en Pekín. Sin embargo, China, con derecho a veto, ha evitado la aprobación de sanciones contra Jartum por las matanzas en la provincia occidental sudanesa, que se han cobrado 200 mil vidas y han obligado a 2,5 millones de personas a huir de sus hogares. Sudán suministra cerca del 8 por ciento de las importaciones chinas de petróleo.

Aunque Hu Jintao tratará del conflicto en su reunión con Bashir, está por verse hasta qué punto está dispuesto a usar su influencia para lograr que el presidente sudanés permita el despliegue de esa fuerza de paz conjunta, como ya aprobó el Consejo de Seguridad en agosto pasado. Aunque admite que China ha dado recientemente pasos positivos en este sentido, la organización Human Rights Watch afirma que aún puede hacer mucho más, en una carta dirigida al presidente.

“El principal objetivo de Hu es hacer negocios”, dice por su parte un editorial de The Washington Post. “Pero podría también estar preparado para presionar al gobierno sudanés para que acepte el despliegue de fuerzas de paz”, agrega.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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