Uno de los islamistas que se suicidaron días después de los atentados de Madrid, el marroquí Jamal Ahmidán, alias El Chino, le confesó a su hermano que participó en los ataques en la estación de Atocha. “Le pregunté si tenía relación con los atentados y me dijo que sí, pero no le creí”, contó ayer Mustafá ante el tribunal del megajuicio que investiga los atentados del 11 de marzo de 2004, que dejaron 191 muertos y cientos de heridos. “Aparecieron las fotografías de algunos detenidos y Jamal dijo que era totalmente injusto. Yo le dije que había habido muchos muertos, pero él me respondió si no veía todos los muertos que estaba habiendo en Irak”, continuó el testigo. Jamal Ahmidán es considerado el jefe operativo de los atentados y fue uno de los siete islamistas que el 3 de abril de 2004 se suicidaron con explosivos en un apartamento del sur de Madrid, cuando estaban por ser detenidos. Su hermano aseguró ayer que reconoció su voz en el video, en el que un grupo de encapuchados reivindicaba el atentado.