El encuentro de Wen Jiabao con su par japonés, Shinzo Abe, se produce en el 70 aniversario de la guerra entre ambos países. Supone un nuevo paso para mejorar la relación.
› Por José Reinoso *
Desde Pekín
El primer ministro chino, Wen Jiabao, inició ayer un viaje de tres días a Japón con un encuentro con su homólogo, Shinzo Abe, en el que ambos mandatarios acordaron construir una nueva relación “estratégica” e intentar superar años de desencuentro. Es la primera visita que realiza un líder chino al archipiélago desde 2000, y supone un nuevo paso en el proceso de deshielo entre los dos vecinos.
El deshielo se inició con la visita de Abe a Pekín, en octubre pasado, nada más acceder al cargo. Wen, sin embargo, advirtió que el futuro de los lazos bilaterales dependerá de cómo gestione Tokio las diferencias que mantienen los dos países sobre el pasado imperialista japonés.
“El propósito de esta visita es incrementar la confianza política mutua y profundizar las relaciones de mutuo beneficio. China y Japón son países importantes, tanto en Asia como en el mundo, y su relación bilateral es una de las más importantes para ambos”, dijo, al llegar, Wen Jiabao, cuya presencia en suelo japonés hubiera sido impensable hace tan sólo unos meses. El viaje se produce en el 70 aniversario del inicio de la Segunda Guerra Chino-Japonesa (1937-1945).
Pekín rechazó cumbres similares con el anterior primer ministro, Junichiro Koizumi, debido a las repetidas visitas que realizó durante su mandato al santuario de Yasukuni, que tanto China como Corea del Sur consideran un símbolo del pasado agresor japonés.
Durante la cena banquete, Abe afirmó que en la reunión que habían mantenido previamente acordaron “hacer avanzar muchos puntos específicos de cooperación para construir una relación estratégica de beneficio mutuo”. Y Wen señaló: “Los lazos chino-japoneses se encuentran en un momento crucial de herencia del pasado y apertura hacia el futuro”.
Entre los puntos pactados, está el compromiso chino de participar en las negociaciones para disminuir los gases del efecto invernadero a partir de 2013, una vez que expire el Protocolo de Kioto, y desarrollar tecnologías de carbón limpias. Tokio también ayudará a su vecino a construir centrales nucleares. Japón se comprometió a entrenar a 300 funcionarios chinos en medidas de eficiencia y ahorro de energía.
Además, los dos países han decidido impulsar las negociaciones para resolver los derechos de explotación de los campos petrolíferos y de gas en el mar de China oriental, cuyas aguas están en disputa, y decidir para otoño la forma de explotar conjuntamente los recursos. Pekín levantó ayer la prohibición de importación de arroz japonés, que ha mantenido por cuatro años. Pekín modificó las leyes de cuarentena respecto de éste, con la excusa de que en un cargamento se encontraron insectos que podrían provocar enfermedades en China.
Pero sobre los acuerdos y declaraciones de buenas intenciones flotará estos días el fantasma de las diferencias históricas. Y Wen se refirió a él en la cena. “Si podemos gestionar los temas históricos correctamente, dispondremos de unos buenos cimientos para desarrollar los lazos bilaterales”, dijo, citado por un funcionario japonés, informa Reuters. “Si no, se convertirá en un impedimento para las relaciones” mutuas.
Los dos países se disputan también el peso en la escena internacional. Japón se enfureció cuando, en 2005, Pekín bloqueó su intento de lograr un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. China es miembro permanente, con derecho a veto.
Japón y China son las dos mayores economías de Asia y sus intercambios comerciales no han dejado de crecer. En 2004, Pekín desplazó a Washington como primer socio comercial de Tokio. Los intercambios, incluido Hong Kong, ascendieron a 249.000 millones de dólares el año pasado, cuando en 1997 eran de 64.000 millones.
Estos flujos han creado una fuerte dependencia mutua. “La cooperación es fundamental para la economía china. Su desarrollo industrial es dependiente de Japón. Para los líderes chinos, tener buenas relaciones con Japón es muy importante, con objeto de proseguir el desarrollo económico y social”, afirma un portavoz de la embajada japonesa en Pekín que solicita el anonimato.
Para el archipiélago, China es un mercado cada vez mayor y una fuente de mano de obra barata para sus fábricas. Está previsto que Wen Jiabao se dirija hoy al Parlamento japonés y posteriormente tenga una audiencia con el emperador Akihito. Mañana viajará a Kioto, la antigua capital.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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