La violencia no da tregua en Irak. Al menos 80 personas murieron y más de cien resultaron heridas ayer en nuevos atentados en todo el país, un día después que el Parlamento iraquí se reuniera de emergencia para “desafiar al terrorismo” como consecuencia del atentado que sufrieron los propios legisladores esta semana. Además, la célula iraquí de Al Qaida volvió a aparecer ayer al difundir las imágenes de 20 militares y policías iraquíes, que habrían sido secuestrados en Bagdad. Piden a cambio la liberación de todas las mujeres sunnitas detenidas y que entreguen a los policías acusados de asesinar, abusar o secuestrar a mujeres sunnitas.

La mayoría de las víctimas murieron en un atentado con coche bomba en la ciudad de Kerbala, cerca de un mausoleo chiíta. Según médicos del hospital más cercano, 65 personas fallecieron y más de cien resultaron heridas, la mayoría de ellas niños. Kerbala es la segunda ciudad santa chiíta en importancia después de Nayaf y ha sido escenario de varios ataques similares en los últimos tres años. Al mismo tiempo, en la capital otro coche bomba explotaba junto a un puente. El ataque no fue tan grande como el de esta semana, cuando un camión estalló sobre un puente del norte de Bagdad y lo quebró en dos. Esta vez, el auto explotó cerca del puente, sin lograr derrumbarlo. Sin embargo, el fuego y la sacudida mató a ocho personas e hirió a otras doce.

Estos ataques llegaron un día después que el Parlamento iraquí se reuniera de urgencia para repudiar el atentado que sufrieran los propios legisladores esta semana. Por primera vez los insurgentes lograron atacar el edificio del Parlamento, dentro de la protegida Zona Verde, y matar a dos diputados. Los legisladores concluyeron que se trató de un “ataque desesperado” y “un tiro de gracia contra los propios terroristas”. Sin embargo, la célula iraquí de Al Qaida demostró que no está muerta.

El Estado Islámico en Irak, como se autodenominaron, difundió por Internet las imágenes de 20 militares y policías iraquíes secuestrados. Se los ve con sus uniformes, vendados y con las manos atadas. En el comunicado, la agrupación le da 48 horas al gobierno iraquí para cumplir con sus demandas. “Queremos la liberación de las hermanas musulmanas sunnitas encarceladas en el Ministerio del Interior”, sostenían en su página web. El Ministerio del Interior, dirigido por chiítas, es acusado de manejar comandos de la muerte que secuestran y asesinan a sunnitas.