EL MUNDO › SE LO VE EN UNA REVISTA CON CINCO JOVENCITAS
La vigilia de Pascuas, en un espléndido día de sol. Silvio Berlusconi vestido de sport azul, está sentado bajo un toldo en el parque de Villa Certosa, su residencia de verano en Porto Rotondo, en Cerdeña. No está en compañía de Veronica Lario, sino en la de cinco jóvenes mujeres. Tres morenas, una castaña y una rojiza. La foto no es nítida, pero se ve al Cavaliere en una atmósfera íntima que hace acomodarse a dos de sus huéspedes, las morochas, sobre sus rodillas, abrazándolas.
En otra foto se ve a Berlusconi y a la señorita de rizos rojizos pasearse de la mano por el parque. En una tercera se ve a la pareja reunirse con una tercera joven, y ésta le toma la mano al Cavaliere. La secuencia de fotos fue publicada ayer, martes, por el semanario Oggi bajo el título “El harén de Berlusconi”. Los fotógrafos sorprendieron al Cavaliere en compañía de cinco bellezas y el artículo tiene como subtítulo “Las bagatelas de Berlusconi”, haciendo referencia a la carta de excusas públicas, llenas de amor y buenos propósitos, enviada por Berlusconi a su mujer Veronica Lario. Una disputa conyugal del inicio del año pasado, en la que Veronica le había pedido excusas públicas a su marido después de saber que, durante la cena de gala en Telegatti, él se había vuelto hacia una de las comensales con frases galantes del tipo: “Si no estuviera ya casado, me casaría con usted en seguida” y “Contigo iría a cualquier lado”. La carta de Veronica, que hasta entonces había mantenido un bajísimo perfil, desató un acalorado debate sobre las sociedades conyugales en Italia.
Veronica había considerado estas afirmaciones como dañinas para su dignidad y que no podían reducirse a un chiste. Con su respuesta en el diario, el Cavaliere las había definido como “bagatelas de un momento”, es decir una broma y nada más. Un gesto que parecía haber devuelto la paz conyugal. Luego llegó Pascuas y ahora las fotos en Oggi. Berlusconi parece moverse a sus anchas entre las cinco jóvenes bellezas que le hacen compañía en su villa en Costa Esmeralda. Tan a gusto que el comentario de la foto lo define “vital, un poco Casanova, un poco Mastroianni, un poco D’Annunzio”.
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