Es el caso de especulación inmobiliaria y lavado de dinero más grande de la historia de España. Pantoja no canta, pero está forrada.
› Por María Laura Carpineta
Marbella ha sido el balnerio elegido por los ricos y famosos europeos desde hace décadas. Con su glamour, hoteles y discotecas logró atraer a jeques, reyes y, también, a las grandes mafias del continente. Esta semana la detención y posterior liberación de la cantante española Isabel Pantoja reveló nuevos detalles sobre uno de los fraudes inmobiliarios más grandes de la historia de España. Hasta el momento, la Justicia de ese país incautó bienes por más de tres millones de dólares y decenas de miles de dólares en efectivo, y detuvo a 99 personas, incluidos los intendentes de los últimos dos gobiernos locales. La trama de corrupción y lavado de dinero se extiende no sólo por toda España, sino también por algunos de los paraísos fiscales más importantes del mundo.
El fraude municipal más grande de España, como ya lo denominaron los medios madrileños, empezó a tejerse a principios de los años noventa. En ese momento, el ahora fallecido ex presidente del club Atlético Madrid, Jesús Gil y Gil, asumía la intendencia de Marbella. Se sucedería en el poder ininterrumpidamente hasta 2002, cuando tuvo que renunciar por la presión de la Justicia. Lo acusaban de todo. De desviar cientos de miles de dólares de la alcaldía al Atlético Madrid, de lavar dinero a través de compras fraudulentas de inmuebles y hasta de destinar casi un millón de dólares para adquirir una estatua que en realidad había sido un regalo del gobierno de Moscú para la ciudad.
Pero ésta no era la verdadera estafa. Los cerebros detrás del fraude inmobiliario eran el entonces asesor de Urbanismo Juan Antonio Roca y el número dos de Gil, Pedro Román. El esquema, simple. Las autoridades del gobierno de Marbella autorizaban licencias que violaban las disposiciones de planeamiento urbano. Permitían construir en zonas verdes o aprobaban construcciones imposibles, como la licitación para edificar 221 viviendas familiares donde sólo cabían 42. Según la investigación judicial, estas licitaciones habrían beneficiado a cientos de sociedades fantasmas, españolas y extranjeras, que lograron así lavar cerca de 800 millones de dólares.
Durante más de una década, la economía española se benefició del boom inmobiliario de la Costa del Sol y especialmente de Marbella. Hasta el día de hoy, es la zona más rentable del todo el país. Por eso, los gobiernos nacionales y la Justicia dejaron pasar varios indicios, como que dos de los últimos tres intendentes tuvieron que renunciar acosados por la acumulación de juicios por corrupción, o que la mayoría de los concejales estaban siendo investigados por malversación de fondos, lavado de dinero y/o tráfico de influencias.
Pero todo cambió el año pasado. El 29 de marzo de 2006 el glamoroso balnerio se despertaba con la sorpresa de que sus máximas autoridades habían sido detenidas, junto a una veintena de concejales, funcionarios, empresarios y abogados. Entre ellos la intendenta Marisol Yagüe, la primera teniente de la intendencia Isabel García Marcos y Roca, el asesor de Urbanismo. La Justicia los acusaba de ser la cara visible de un gigantesco fraude inmobiliario, que había salido a la luz gracias a una serie de escuchas dentro del marco de una investigación de lavado de dinero.
Entre los detenidos también se encontraba la pareja de Pantoja, el ex intendente de Marbella y aliado de Gil, Julián Muñoz. Además de su corta carrera política –sucedió al ex presidente del Atlético Madrid cuando éste renunció–, Muñoz es un corredor de bolsa y, posiblemente, quien ayudó a Gil y a sus funcionarios a blanquear los sobornos que recibieron por aprobar licitaciones y autorizaciones fraudulentas. En diciembre pasado, la policía allanó la casa que comparten Pantoja y Muñoz en Marbella, e incautó más de 60 mil dólares en efectivo. Según la famosa cantante, ese dinero era suyo y lo tenía para los gastos de todos los días.
Durante estos últimos cinco meses, la Justicia estuvo intentando determinar si la fortuna de la cantante era producto de su trabajo o de las actividades ilegales de su pareja. El arresto de esta semana indica que el juez del caso, Miguel Angel Torres, se inclinó por la segunda opción. Sin embargo, Pantoja sólo estuvo detenida durante unas horas. Fue interrogada por el juez Torres y luego liberada bajo fianza. El viernes, cuando las cámaras la mostraban saliendo de la comisaría, todos los medios españoles recordaban que hace años que la cantante no lanza un disco ni realiza grandes giras por España o el exterior. No obstante, destacaban los periodistas, no tardó ni un minuto en conseguir los casi 120 mil dólares de fianza que le impuso la Justicia para poder salir en libertad.
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