Sáb 26.05.2007

EL MUNDO  › LA POLARIZACION DEL VOTO PERJUDICO AL SINN FEIN

Ahern, reelecto en Irlanda

El primer ministro se aseguró extender su mandato de una década en Irlanda, donde los electores premiaron la performance económica de su gobierno. Creció mucho su partido gaélico, Fianna Fail.

› Por David McKittrick *
desde Irlanda

El primer ministro Bertie Ahern logró ayer una inesperada y decisiva victoria en las elecciones generales irlandesas, obteniendo un tercer mandato de cinco años en funciones como primer ministro irlandés. Una apretada campaña que inicialmente había dejado el resultado en un filo, con un fuerte aumento para su partido, Fianna Fail (Soldados del Destino, en gaélico), durante la última semana. Cuando se habían adjudicado 54 de los 165 escaños que forman el Parlamento de Dublín, el número de votos de primera preferencia obtenidos por el partido centrista republicano Fianna Fail era tan alto, superior al 40 por ciento, que la única duda era si al final lograría la mayoría absoluta.

Irónicamente, los resultados también tuvieron algo de triunfo para el competidor en el puesto de primer ministro, el líder de Fine Gael, Enda Kenny. Pero aunque Fine Gael obtuvo numerosos votos, los pequeños partidos con los que esperaba poder formar una coalición no le dieron bancas suficientes.

Esto significa que, aunque muchos votos no han sido contados todavía en el país, el hecho político clave es que Ahern reunirá un nuevo gobierno de coalición. Los resultados estaban tan a su favor que existía la especulación de que pudiera tener las suficientes bancas como para formar un gobierno propio. Sinn Fein, que había esperado duplicar su representación en el Parlamento irlandés de cinco bancas a diez, estaba entre un grupo de partidos más pequeños que quedaron apretados por los éxitos de Fianna Fail y Fine Gael, y hasta ahora sólo se había asegurado una. Se espera que los resultados finales disipen cualquier perspectiva de que Ahern pudiera tener que apoyarse en Sinn Fein para una nueva administración. Seguramente recurrirá, si es necesario, a partidos como el Laborista o los Verdes o los Independientes.

El resultado decepcionante de Sinn Fein producirá un autoanálisis republicano, ya que Sinn Fein había logrado durante años una serie de adelantos electorales tanto en la república irlandesa como en Irlanda del Norte. Recientemente formó una administración en Belfast con el reverendo Ian Paisley y había esperado que una posición de cierta influencia en un gobierno del sur pudiera darle un eje a través de la frontera.

Kenny había necesitado mejores resultados de los laboristas y de los verdes para lograr su ambición de unir lo que se llamó un gobierno “arco iris”. Pero la fría aritmética electoral ha negado esto, dejando a Ahern que elija entre un número de opciones. Frank Flannery, director de elecciones de Fine Gael, dijo que su partido había “logrado probablemente la mayor ganancia en bancas de cualquier partido en la historia de las elecciones irlandesas”. Pero admitió que Fianna Fail había hecho “una actuación tan brillante que muestra la pura potencia de esa organización política”. En esencia no había suficiente apoyo para la postura de la oposición de que, tras diez años de gobierno conducido por Fianna Fail, había llegado el momento de un cambio.

Kenny, que una vez fuera descartado como un peso liviano, tiene el crédito de remodelar, motivar y movilizar al partido Fine Gael, que hace cinco años sufrió una derrota desastrosa. Sus críticas al gobierno saliente, especialmente por su actuación en la salud y el crimen, llegó a muchos votantes. Pero finalmente Ahern siguió afirmando su largo dominio del paisaje político con más votantes, considerando que en general había actuado bien durante la última década de prosperidad irlandesa sin paralelos. Logró una clara victoria sobre Kenny en el debate televisivo de los líderes, con más del 70 por ciento de los votantes diciendo que había sido el mejor.

Aunque, al comienzo de la campaña, las acusaciones sobre las finanzas personales de Ahern parecían ser el talón de Aquiles de su partido, al final su formidable popularidad personal logró el éxito para Fianna Fail. El viceprimer ministro irlandés Michael McDowell, de los demócratas progresistas, perdió su banca en el Parlamento y anunció su alejamiento de la política. “Mi etapa como representante público se acabó”, dijo.

Los últimos cómputos dan el siguiente reparto de escaños: Fianna Fail (51), Fine Gael (22), Laborista (7), Sinn Fein (1) Verdes (3), otros (2).

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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