EL MUNDO › LAS OBJECIONES DE GRAN BRETAÑA Y POLONIA LAVARON EL PACTO
Tras intensas negociaciones que se extendieron hasta bien entrada la madrugada de ayer, la Unión Europea alcanzó un acuerdo para aprobar una versión light de su Tratado Constitucional.
Después de un parto por demás complejo, los líderes de los 27 socios de la Unión Europea (UE) consiguieron alcanzar ayer un acuerdo, por unanimidad, para reformar el fracasado Tratado Constitucional y comenzar a rescatar al bloque comunitario de la parálisis en la que estaba sumergido. El acuerdo, gestado al filo de las cuatro de la madrugada, es un tratado simplificado, es decir, de menor nivel que la Constitución que habían intentado alcanzar dos años atrás y que quedó moribunda después de los rotundos “No” francés y holandés. Como reconocieron varios mandatarios europeos, hubo que ceder sobre los temas más controvertidos para lograr el apoyo de los gobiernos más reticentes, como el Reino Unido y Polonia. Uno de los cambios más importantes es que el tratado ya no será jurídicamente vinculante, ni el gobierno europeo podrá aprobar leyes ni reemplazar las delegaciones de los Estados en las instituciones internacionales.
Los detalles del texto se ultimarán en los próximos meses, serán votados de forma definitiva a fin de año durante la Conferencia Intergubernamental y entrarán en vigor a partir de 2009. Sin embargo, la idea de un tratado mínimo, sin capacidad ni potencial de vulnerar o irritar a las soberanías nacionales, ya quedó establecida con la mayoría de los cambios:
u La política exterior y de seguridad quedaron básicamente bajo control de cada Estado. Ni la Comisión Europea ni el Parlamento Europeo recibirán atribuciones ampliadas en estas materias. Además, Reino Unido consiguió que el jefe de la diplomacia europea no lleve el nombre de ministro de Relaciones Exteriores, sino que se denominará alto representante de la Unión Europea para Política Exterior y de Seguridad. Con este cambio Londres se aseguró que eventualmente el Ejecutivo de Bruselas no pueda asumir su asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –donde cuenta con poder de veto– u otro lugar de privilegio en las instituciones internacionales.
u Se impuso el sistema de votación de doble mayoría en el Consejo de Ministros. Es decir, que los países miembro necesitarán de una mayoría calificada –de al menos el 55 por ciento de los estados y el 65 por ciento de la población de la UE– para imponer cualquier decisión. Siendo uno de los temas más sensibles –especialmente para Polonia, que no es un país demográficamente tan importante como Francia y Alemania–, este mecanismo se consideró como una excepción y se retrasó su entrada en vigor hasta el año 2014. De todas maneras, los países podrán recurrir al actual sistema de votación en caso de una controversia hasta el año 2017. Según este régimen, Varsovia cuenta con 27 votos, al igual que las grandes potencias.
u Se reglamentó por primera vez la posibilidad de una salida voluntaria de un miembro del bloque.
u La carta de derechos fundamentales deja de formar parte de los tratados de la UE. Esto fue una concesión a Reino Unido, quien temía que una carta vinculante pudiera vulnerar el sistema jurídico inglés. Por una referencia, sin embargo, la carta es declarada vinculante con la firma del tratado acordado ayer, aunque Gran Bretaña quedará excluida.
u Los símbolos de la UE previstos en el borrador de Constitución –-bandera e himnos– ya no aparecen en los tratados, pero se mantendrá de facto. También se eliminó el término Constitución. Además, la UE no podrá aprobar leyes, sino simplemente normas y reglamentos.
No hay dudas de que el tratado acordado en la madrugada ayer es apenas un acuerdo marco si lo comparamos con la ambiciosa Constitución Europea que muchos líderes del bloque intentaron aprobar hace apenas dos años. Sin embargo, en Bruselas anoche el clima no era de derrota, sino de satisfacción. “Al final todos hemos cedido un poco para que todos hayamos ganado mucho. Los ciudadanos europeos querían un acuerdo”, se congratuló el jefe de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. “Europa se está construyendo paso a paso”, agregó. El mandatario, al igual que su par alemana y presidenta provisoria de la UE, Angela Merkel, destacó que con el nuevo tratado el bloque europeo tendrá por primera vez un presidente permanente.
A pesar de la alegría generalizada y los éxitos parciales de cada gobierno, los verdaderos ganadores de las maratónicas negociaciones de los últimos días fueron dos: Polonia y el Reino Unido. No es la primera vez que Londres le tuerce la mano a la UE y pone limitaciones o condiciones al proceso de integración. Sin embargo, Varsovia sorprendió a sus socios al negociar como una potencia, categoría que está lejos de cumplir. Los ya famosos gemelos polacos, el primer ministro Jaroslaw Kaczynski y el presidente Lech Kaczynski, no podían estar más felices anoche. “Gran parte de las objeciones polacas han sido tenidas en cuenta”, celebró Lech, que estuvo acompañado en todo momento por su hermano vía telefónica. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, prefirió obviar las victorias particulares. “Lo que queríamos era salir del bloqueo y lo hemos conseguido”, señaló.
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