Mié 27.06.2007

EL MUNDO

Benedicto XVI endureció la elección del pontífice

Ratzinger reinstauró la norma que establece que el próximo Papa deberá ser elegido por dos tercios de los cardenales del Cónclave y no por mayoría absoluta.

El papa Benedicto XVI reinstauró ayer la norma que establece que el próximo pontífice deberá ser elegido por dos tercios del Cónclave. En un edicto con el título en latín motu proprio –documento que el Pontífice escribe por iniciativa propia y no como respuesta a una solicitud–, Benedicto XVI anuló una disposición introducida por Juan Pablo II en 1996 que establecía que en caso de dificultades para ponerse de acuerdo después de 33 votaciones se debería proceder por mayoría absoluta si ninguno había alcanzado los dos tercios de los votos.

Para que la elección del Romano Pontífice sea canónicamente válida “será necesaria la mayoría de dos tercios de los votos de los cardenales presentes”, sostiene la norma. La nueva disposición, además, convierte en obligatorio el ballottage entre los dos candidatos más votados tras la votación 33ª y también en ese caso será necesaria una mayoría de dos tercios. También estableció que esos dos candidatos no podrán participar en esta parte de la elección. En el resto de los puntos, la Constitución Apostólica “Universi dominici gregis” de Juan Pablo II se mantiene igual. La elección del sucesor de Pedro se celebra a través del Cónclave, o asamblea de cardenales, un sistema con más de siete siglos de antigüedad. Pío XII (19391958) decidió que el Papa fuera elegido por una mayoría de dos tercios más uno de los electores y Juan XXIII impuso que los cardenales fueran todos obispos y amplió el número de electores a 90. Pablo VI lo amplió a 120 y excluyó a los cardenales mayores de 80 años, lo que prevalece hasta ahora. Con la nueva norma “se garantiza el mayor consenso posible en la elección del nuevo pontífice”, explicó el padre Federico Lombardi, vocero del Vaticano.

Durante el Cónclave, las votaciones se llevan a cabo en la Capilla Sixtina y los cardenales permanecen aislados durante toda su duración y tienen prohibido todo tipo de comunicación con el exterior, ya sea por fax, teléfono, radio, correo electrónico o cualquier otro medio. Al comienzo del Cónclave los cardenales hacen un juramento de silencio. Además de los purpurados, todo el personal de servicio que tiene acceso a ellos debe jurar que mantendrá el secreto, sobre todo cuanto tenga relación con las reuniones, so pena de excomunión.

La Constitución pontificia establece que durante el Cónclave se celebren cuatro escrutinios por día y que después del tercer día sin resultado positivo, éstos se suspendan al máximo por un día, para una pausa de oración, de libre coloquio entre los votantes. Benedicto XVI fue elegido el 19 de abril del 2005 en el cuarto escrutinio, celebrado el segundo día de votaciones. Ninguno de los ocho pontífices elegidos durante el siglo XX tuvo necesidad de más de quince escrutinios para llegar al trono de Pedro.

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