La provincia de Tikrit sufrió una crisis hospitalaria después de que un camión estalló en un mercado muy concurrido por turcos y chiítas. En el resto del país otros 62 iraquíes murieron en atentados.
Todavía no está claro el número de muertos pero sí se sabe que fue uno de los atentados más duros en lo que va del año en Irak. Al menos 105 personas fallecieron ayer en el norte del país cuando un hombre hizo explotar su camión en el concurrido mercado de Tuz Jurmato, en la provincia de Tikrit. El atentado dejó además alrededor de 250 heridos y destruyó el pequeño centro comercial vecino de Emerli, una localidad de mayoría turca y chiíta. Mientras toda la provincia se encontraba en una crisis hospitalaria, en el resto del país otros 62 iraquíes murieron en diferentes atentados. A primera hora, el Ejército estadounidense anunció que siete de sus soldados murieron en combate en los últimos dos días.
Se trata del atentado con la mayor cantidad de víctimas desde el 18 de abril, fecha en la que 140 personas fallecieron y 155 quedaron heridas por la explosión de un coche bomba en el mercado de Sadriya, en Bagdad.
Por la noche, el jefe de la policía de Tuz Jurmato, Mohamed Abas Amin, anunció un balance final de 156 muertos, mientras otros médicos y autoridades locales afirmaban que las víctimas rondaban entre 105 y 125. Según fuentes hospitalarias, muchas de las víctimas eran mujeres y niños. “Nunca vimos una cosa así”, contó Hamad Rachid, director de la administración civil local, al explicar que la gran mayoría de las casas y los negocios que estaban cerca quedaron destruidos.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, no quiso responsabilizar a ningún grupo en particular y simplemente habló de terroristas. “Los terroristas son los enemigos de todos los iraquíes”, aseguró el mandatario, que intenta en estos últimos meses bajar el nivel de tensión al enfrentamiento sectario. En pos de ello, Bagdad permitió a representantes iraníes visitar por primera vez a los cinco supuestos diplomáticos de Teherán que fueron detenidos por fuerzas estadounidenses en el norte del país en enero pasado. Este tema venía creando fricciones con Irán y especialmente con las milicias chiítas iraquíes, que simpatizan con el régimen islámico.
En el resto del país, las cosas no estuvieron mucho más tranquilas. Un atentado similar al del mercado de Emerli dejó 22 muertos y 17 heridos cerca de la frontera con Irán, en la provincia de Diyala. El objetivo esta vez no fue un mercado, sino un cortejo fúnebre. A pocos kilómetros de allí, tropas estadounidenses se enfrentaban con las milicias del líder radical chiíta Muqtada al Sadr. Los combates empezaron cuando varias patrullas norteamericanas realizaron redadas e irrumpieron en las casas del centro de la ciudad de Diwaniya. Los tiroteos terminaron con seis insurgentes del llamado Ejército del Mahdi muertos y otros 15 heridos.
También se registraron combates en Samawa, al sur de Bagdad. La policía sostuvo que hubo siete muertos y 52 heridos, un niño de 12 años, una mujer, un soldado, dos policías y dos milicianos. Los enfrentamientos, que ya llevan dos días, continuaban anoche. En tanto, otra ofensiva estadounidense tenía lugar en el sur de Tikrit. Según informó la policía local, un cazabombardeo norteamericano mató con un misil, por error, a dos policías iraquíes e hirió a otros dos durante un ataque en el distrito de Yathrib.
Mientras las fuerzas estadounidenses aseguraron no haber sufrido ninguna baja ayer, sí anunciaron que entre el jueves y el viernes murieron siete soldados. Según el comunicado del Ejército, cuatro soldados murieron por la explosión de una bomba en una calle de Bagdad entre el jueves y viernes, mientras que otros dos marines fallecieron en combates en la provincia de Anbar, en el oeste del país. En los últimos meses las tropas norteamericanas han sufrido golpes sin cesar y el número de muertos ya estaría cerca de los 3600 soldados desde la invasión de 2003.
Según explicó el Pentágono recientemente, el aumento del número de bajas se debe al aumento de las ofensivas en todo el país para terminar con la violencia y la inseguridad en Irak. Para ello Washington sumó un contingente extra de 28 mil soldados norteamericanos, para alcanzar una cifra total de 157 mil hombres. Los últimos días habían estado relativamente tranquilos. Sin embargo, la situación de fondo no ha cambiado y por eso ayer el país volvió a estar asolado por atentados, combates y muerte.
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