El presidente de Ecuador, Rafael Correa, elogió a Chávez, apoyó la idea de disolver el Congreso en su país y habló de la dificultad para integrar el Mercosur con el bloque de la CAN.
› Por Fernando Gualdoni *
desde Madrid
Rafael Correa llegó el martes a la capital española y lo primero que hizo fue poner una ofrenda floral en la Terminal 4 de Barajas, para recordar a sus dos compatriotas ecuatorianos asesinados en el atentado de ETA del pasado 30 de diciembre. Es su primera visita oficial a Madrid desde que asumió la presidencia de Ecuador, hace casi seis meses. Este economista de 44 años, con posgrados en Bélgica y EE.UU., despierta sentimientos encontrados dentro y fuera de su país. Para algunos es un populista imitador del presidente venezolano, Hugo Chávez; para muchos –en su país tiene un apoyo popular superior al 70 por ciento–, un revolucionario que acabará con años de corrupción y un modelo económico que ha forzado a emigrar a millones de habitantes hacia EE.UU. y Europa.
–Usted ha propuesto a los países ricos que le paguen a Ecuador por no explotar el petróleo del parque de Yasuní, una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo. ¿Ha tenido éxito la iniciativa?
–La propuesta tiene una aplastante lógica económica. El medioambiente es un bien público. Es gratis, pero de altísimo valor. Probablemente, sin el oxígeno de Yasuní, la vida en el planeta acabaría por extinguirse. Todo el mundo puede respirar sin pagarnos nada. A nuestro país le conviene más explotar el petróleo, ese dinero nos serviría para la educación, la sanidad... No obstante, a escala global es más lo que se pierde que lo que se gana. Por eso decimos al mundo desarrollado: si ustedes se benefician de este oxígeno, compartan la responsabilidad de mantenerlo. Compensen a Ecuador, o tendremos que explotar el petróleo (el gobierno calcula que si saca el petróleo ganaría unos 500 millones de euros al año. A cambio de no hacerlo, pide 250 millones). El gobierno de Noruega y varios grupos privados están interesados en este proyecto.
–Usted vive enfrentado a la clase política. Hace unos días acusó por radio a dieciocho diputados de corruptos, con nombre y apellido... Es un comportamiento un tanto incomprensible para un presidente...
–Hay cosas que pasan en Ecuador que acá son incomprensibles. La propia prensa lo que publica, fíjese... Mentiras tras mentiras, y en nombre de la libertad de expresión no se les puede decir nada...
–Usted no estará pensando en cerrar un canal como hizo el presidente Chávez en Venezuela con RCTV (Radio Caracas Televisión)...
–Si apoya un golpe (de Estado) como lo hizo la RCTV en Venezuela lo cierro... porque la ley es clara, ¿no? No pueden incitar a la violencia, a atentados contra la democracia, etcétera... Mire, el 80 por ciento de la gente nos respalda a pesar del feroz ataque de los grupos de poder, como los partidos tradicionales, la banca y los medios de comunicación. El ambiente es tenso porque estamos ante un verdadero cambio del modelo político y económico.
–Chávez ha amenazado con irse del Mercosur si en tres meses los Parlamentos de Brasil y Paraguay no aprueban la adhesión definitiva de Venezuela al bloque comercial. ¿Se va al traste la integración sudamericana?
–Que Venezuela se aparte del Mercosur es algo no deseable, pero no es peligroso. La integración ya no se puede entender sólo por el Mercosur y la CAN (Comunidad Andina), dos bloques subregionales nacidos de la integración meramente comercial. Hoy se piensa en la integración como algo más amplio, que incluya, por ejemplo, políticas comunes de lucha contra el narcotráfico y de defensa de la democracia. Por eso hemos creado Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas). El desafío es que la CAN y Mercosur convengan en la Unasur. El proceso de integración empezó mal, por lo más difícil, por un lado comercial donde siempre hay intereses enfrentados. Podemos avanzar en muchas cosas en las que ganemos todos. Por ejemplo, en la integración de las infraestructuras, construyendo carreteras interoceánicas, ampliando las rutas aéreas, coordinando proyectos de investigación científica.
–¿Disolverá el Congreso tras la elección de la Constituyente?
–Durante la campaña dijimos que creíamos que no se debía disolver el Congreso, sino que éste debía mantener su labor de control mientras la Asamblea legislaba. Pero después de estos cinco meses, con diputados de la peor ralea, sin ideología, tan sólo buscando su beneficio personal, corruptos... Creo que la Asamblea tendrá que disolver el Congreso y luego convocar nuevas elecciones legislativas.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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