Sáb 28.07.2007

EL MUNDO  › PROCESARON AL EX PREMIER FRANCES DE VILLEPIN

Cayó el enemigo de Sarkozy

De Villepin quedó bajo investigación judicial por filtrar mentiras para perjudicar a una lista de políticos que incluye al presidente francés. Chirac, también está sospechado en el llamado “caso Clearstream”.

› Por Eduardo Febbro
desde París

Las computadoras tienen la memoria larga y obediente, sobre todo una de sus dos memorias, la de masa, el disco duro. A ese soporte tecnológico se le agrega el sorprendente celo de un general miembro de los servicios secretos que conservó en su computadora notas personales cuyo contenido terminaron por poner entre las rejas judiciales al ex primer ministro francés Dominique de Villepin. El antaño jefe de gobierno fue inculpado ayer en el marco del megaescándalo político financiero conocido como el caso Clearstream. Se trata de un enredo que algún será llevado a la pantalla grande y cuya trama involucra a Dominique de Villepin y al ex presidente francés Jacques Chirac en la manipulación de una serie de listas en las que figuraban los nombres de personalidades políticas, entre ellas el del actual presidente, Nicolas Sarkozy, que cobraban sobornos vía la empresa Clearstream, con sede en Luxemburgo. Pero tales sobornos nunca existieron y las listas habían sido manipuladas para incluir en ellas la identidad de quien era y es el peor enemigo de Villepin y de Chirac: Nicolas Sarkozy.

El caso Clearstream ingresó ayer en la fase más amenazante para Dominique de Villepin, sobre quien pesan cargos de complicidad en denuncia calumniosa, ocultamiento de robo, abuso de confianza y complicidad en uso de documentos falsos. Los jueces que instruyen la causa, Jean-Marie d’Huy y Henri Pons, decidieron poner a De Villepin bajo control judicial y le prohibieron que mantenga contactos con los principales protagonistas del escándalo, entre los cuales figura el mismo Jacques Chirac. La garganta profunda de este arreglo de cuentas entre antagonistas de una misma familia política son las notas informáticas del general Philippe Rondot, un alto funcionario de los servicios de inteligencia, y el testimonio de uno de los hombres que participó en el montaje, Jean-Louis Gergorin, ex vicepresidente del grupo de defensa EADS y amigo del ex premier francés. Los jueces instructores leyeron con atención las notas de la computadora del general Rondot y luego corroboraron la verosimilitud de ellas mediante una audiencia con Jean-Louis Gergorin. Las listas con los nombres de personalidades políticas que cobraban supuestos sobornos eran falsas: fue Dominique de Villepin quien tuvo la idea de utilizar a un juez, Van Ruymbeke, para que éste recibiera anónimamente las mencionadas listas. El encargado de proporcionar las listas al juez fue justamente Jean-Louis Gergorin. De Villepin también interpeló al general Rondot para que éste llevara a cabo una investigación paralela, lo que trasladó el caso a otras esferas. Se ha establecido sin ambigüedad que De Villepin organizó investigaciones paralelas fuera de todo esquema judicial, no previno a los implicados en las listas, ni siquiera cuando se trató de personas de su círculo personal. Más grave aún, todas las audiencias y las notas del general Rondot revelan que De Villepin actuó siempre bajo las órdenes específicas del entonces presidente francés Jacques Chirac. La enemistad entre la pareja Chirac-De Villepin y Nicolas Sarkozy es legendaria. El actual jefe del Estado, que presentó una querella, estaba y está convencido de que, con esas listas manipuladas, las dos cabezas del Ejecutivo sólo tenían un objetivo: decapitar la suya.

Quedan aún por resolver dos interrogantes: ¿Dominique de Villepin sabía o no que las listas que le proporcionó Jean-Louis Gergorin estaban alteradas? ¿Acaso fue él quien instó a que se agregara en ellas el nombre de Sarkozy? “Quiero reiterar que en ningún momento solicité una investigación sobre personalidades políticas, que en ningún momento participé en ninguna maniobra política”, dijo ayer a la prensa el ex jefe de gobierno. Sin embargo, la acumulación de evidencias es profusa. Jean-Louis Gergorin acudía a las citas secretas con De Villepin en autos oficiales puestos a su disposición por de éste. Ambos hombres se comunicaban también mediante un teléfono celular BlakBerry. Dominique de Villepin apeló ayer la orden de control judicial interpuesta por los jueces, la cual estipula también el pago de una fianza de 200.000 euros (270 mil dólares). La conspiración Clearstream se remonta al año 2004 y mediante ella se buscó implicar a muchas personalidades en el cobro de sobornos recibidos a través de Clearstream y provenientes de la venta de fragatas francesas a Taiwan. En diciembre pasado Dominique de Villepin fue interrogado a lo largo de 17 horas por los jueces y en los meses pasados sus oficinas y su domicilio fueron allanados por la Justicia. En cuanto al ex presidente Jacques Chirac, sobre quien se cierne una nube de sospechas y evidencias, éste ya hizo saber que negaría el testimonio ante la Justicia “sobre hechos acaecidos o conocidos durante su mandato” (1995-2007), y ello debido a su inmunidad presidencial.

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