EL MUNDO › EL MANDATARIO DE BRASIL INVITO A FELIPE CALDERON A “MIRAR MAS EL SUR”
Una semana después de que lo hiciera Néstor Kirchner, Lula da Silva le ofreció al presidente mexicano formar parte de un proceso de integración de América latina. Calderón le respondió que la ampliación de las inversiones con Brasil “es una puerta de México” al bloque. Brasil llevó el tema biocombustible.
› Por Gerardo Albarrán de Alba
desde México, D. F.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó a México con la intención de reforzar las negociaciones hacia una alianza entre ambos países que se iniciaron cuando Felipe Calderón realizó su primera gira internacional como presidente electo, en octubre pasado, y mandó una señal hacia el resto de Latinoamérica. Los encuentros entre Lula y Calderón siguieron en ese tenor en Georgetown, en la reunión del Grupo de Río, y después en Berlín, durante las reuniones del G-8. La postura mexicana de volver a mirar hacia el Sur –abandonada durante los últimos gobiernos priístas y continuada por el de Fox, los que centraron su política exterior hacia Estados Unidos y el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica– pareciera cobrar aliento con las visitas del presidente brasileño y del mandatario argentino Néstor Kirchner –quien viajó acompañado de su esposa, Cristina Fernández, candidata puntera a la presidencia argentina–.
Las relaciones de México con Argentina y Brasil han cobrado nueva vida, luego de que los mandatarios sudamericanos dejaron de lado los insultos que recibieron en los últimos años del entonces presidente Vicente Fox y su esposa, Martha Sahagún, quien incluso llegó a dejar con la mano extendida a Cristina Fernández durante una visita de Estado de Kirchner a México.
Ayer, Lula invitó a México a mirar al Sur y formar parte del Mercosur, al igual que la semana pasada lo hizo Kirchner, como parte de un proceso de integración que deberá ser considerado el más fuerte en América latina, para lo cual se deben aprovechar las “oportunidades inmensas y extraordinarias” que existen, y llamó a empresarios de ambos países a tener menos miedo para transformarse en empresas trasnacionales.
Calderón dio acuse de recibo y dijo que México tiene “una posición geográfica en el Norte, pero nuestro corazón está en el sur y en América latina”. La oportunidad de ampliar las inversiones con Brasil, según Calderón, “puede y debe ser la puerta de México al Mercosur. Lula y Calderón se reunieron ayer en dos ocasiones, la primera durante un encuentro con empresarios de ambos países y posteriormente en la residencia oficial de Los Pinos. La visita de Lula pareciera también un intento de acercamiento mayor hacia una alianza que supere las diferencias entre ambos países, particularmente la disputa política por ejercer la mayor influencia en Latinoamérica, un papel que México jugó durante décadas, pero del que fue desplazado por Brasil luego de que los últimos gobiernos priístas se alinearon a los intereses estadounidenses, y que fue parte del continuismo de Fox.
Datos proporcionados por el propio Lula ilustran el tamaño del bloque que podría formarse entre los dos países: México y Brasil forman un mercado de más de 300 millones de personas. El flujo comercial bilateral alcanzó, en 2006, el volumen record de casi seis mil millones de dólares. México ya es el séptimo socio comercial de Brasil y el quinto mercado para las exportaciones brasileñas, mientras que las exportaciones mexicanas hacia Brasil prácticamente se duplicaron en los últimos tres años. México ya es la quinta mayor fuente de inversiones externas en Brasil, y grandes empresas brasileñas están incluyendo a México en sus estrategias de expansión.
Por eso, Lula planteó a México una asociación más intensa y cooperación para el desarrollo tecnológico en materia de exploración y producción de petróleo y gas natural, en aguas profundas. “En el campo de los biocombustibles, Brasil espera contar con México en la campaña para establecer un mercado mundial para combustibles más limpios, baratos y renovables. Tenemos la oportunidad de democratizar el acceso a nuevas fuentes energéticas, multiplicando la generación de empleos e ingresos, y diversificando la matriz energética, teniendo en cuenta las necesidades de nuestros agricultores y garantizando la producción de alimentos para todos.” De concretarse, sería el segundo acuerdo mexicano firmado en una semana, luego de que Calderón suscribiera con Kirchner el Acuerdo de Asociación Estratégica entre los Estados Unidos Mexicanos y la República de Argentina, que propone, entre otros aspectos, colaboración en sectores tales como agroindustria, agroalimentos, biocombustibles, utilización pacífica de la energía nuclear y cooperación espacial.
Sin embargo, México y Brasil tendrán que trabajar aún en las fuertes diferencias que tienen en torno de la reforma al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), organismo del que Brasil pretende ser miembro permanente.
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