EL MUNDO › ACUSACIONES MUTUAS POR EL MISIL. LA ONU SE MANTIENE AL MARGEN
Rusia y Georgia endurecieron ayer aún más sus frentes en el conflicto por el misil antirradar que cayó cerca de la conflictiva región de Osetia del Sur, hecho por el que ambas se acusan mutuamente. Rusia, como una respuesta al pedido de Georgia de convocar una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar lo que calificó como “violación del espacio aéreo y bombardeo” de su territorio, aconsejó no dedicarse a “maniobras de relaciones públicas” y ocupar recursos en “investigar los hechos”. Por su parte, el máximo órgano decisorio de Naciones Unidas rechazó ayer convocar en este momento a una reunión de emergencia.
El Consejo de Seguridad tiene “la sensación de que no hay una información exacta, suficiente”, según el presidente en funciones del Consejo, el congoleño Basile Ikouebe, tras deliberaciones internas en Nueva York. Mientras tanto, Marat Kulajmetov, comandante de las tropas de paz en Osetia del Sur encabezadas por Rusia, acusó a Georgia de destruir la cabeza del misil, por lo que reclamó una explicación oficial ante la rápida eliminación de las pruebas. Kulajmetov también criticó las contradicciones entre los investigadores georgianos acerca de la ruta que siguió el avión desde el que supuestamente se disparó el proyectil. Georgia divulgó ayer un informe interno de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que confirma que el avión que lanzó un misil contra su territorio provenía de Rusia. “El 6 de agosto, entre las 18.40 y las 18.45 horas, un avión que iba del noreste al suroeste de Georgia fue detectado a una altura de tres kilómetros”, se puede leer en ese informe de la OSCE transmitido por el ministerio georgiano de Relaciones Exteriores. Este vuelo fue registrado por “el comandante del puesto de observación de la fuerza de mantenimiento de la paz en Tsinagari”, no lejos del lugar del impacto, agregó el informe de la organización, aunque no menciona de manera directa que el avión venía de Rusia.
El misil impactó el lunes cerca de la región secesionista georgiana de Osetia del Sur, sin causar daños. Según el Ministerio del Exterior de Georgia, el misil antirradar AS-11 (Kilter según el código de la OTAN) fue disparado desde un bombardero ruso Sujoi SU-24 contra su territorio. En cambio, fuentes militares rusas sostienen que el ejército georgiano tiene aún aviones de este tipo desde tiempos soviéticos, por lo que puede ser lanzado por Tbilisi. Georgia niega tener en su poder jets SU-24.
Matthew Bryza, subsecretario de Estado estadounidense para Europa y Eurasia, dijo que la hipótesis rusa, según la cual las autoridades de Georgia lanzaron el lunes el misil hallado en su territorio, carece de fundamento. “Estados Unidos condenó firmemente esta provocación. Estamos al corriente de la afirmación que dice que Georgia habría bombardeado su propio territorio. Pero no hay fundamento alguno que permita afirmar que ha sido así”, declaró. Según Bryza, lo esencial es que Georgia lleve a cabo “una investigación creíble”. “Georgia ha aportado informaciones serias sobre este asunto que deben ser examinadas en la ONU”, añadió.
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