EL MUNDO › BANQUEROS Y PETISTAS INVOLUCRADOS EN BRASIL
El Supremo Tribunal Federal brasileño ya procesó penalmente a los primeros acusados por el mensalao, el peor escándalo de corrupción que sufrieron hasta el momento el Partido de los Trabajadores (PT) y el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Se trata de su ex ministro de Información, Luiz Gushiken, el ex presidente de la Cámara de Diputados y dirigente petista Joao Paulo Cunha, un ex directivo del estatal Banco do Brasil y otros tantos del Banco Rural. Sin embargo, el futuro de la gran figura política del escándalo, el ex hombre fuerte de Lula José Dirceu, todavía sigue siendo un misterio. Uno de los jueces del tribunal, Celso de Mello, explicó que, debido a la complejidad del caso, recién terminarán de fallar el lunes o martes próximo.
Ante la diversidad de delitos y de acusados –40 en total–, los jueces del máximo tribunal de Brasil optaron por dividir la causa en capítulos. Ayer sólo fallaron sobre los primeros, dejando el resto para la semana que viene. Se ocuparon principalmente del desvío de fondos públicos y las irregularidades en las aprobaciones de créditos que más tarde beneficiarían al PT. Por estos cargos fueron procesados Gushiken y Henrique Pizzolato, ex director del Banco do Brasil. El Supremo también abrió procesos similares contra la ex cúpula del Banco Rural, Katia Rabello, José Roberto Salgado, Ayanna Tenorio y Vinicius Samarane. Según la Procuraduría General, los ex directivos del banco aprobaron créditos en forma fraudulenta que permitieron financiar los sobornos en el Parlamento y no informaron al Banco Central de las transferencias ilegales que realizaban.
Dentro de los procesados ayer también se destaca el publicista Marcos Valerio. El empresario, que mantenía muy buenas relaciones comerciales con el PT, es considerado el recaudador dentro del sistema de financiamiento ilegal que había construido la entonces dirigencia del partido de Lula. Junto con él, también cayeron sus socios, Cristiano Paz y Ramón Hollerbach. Cunha, por su parte, sólo fue procesado por el delito de “corrupción pasiva” por ahora. Lo acusan de haber recibido 25 mil dólares para que la empresa de Valerio obtuviese tratamiento privilegiado en una licitación de la Cámara. Valerio y sus socios, en esa misma causa, fueron acusados de corrupción activa. Cunha también fue denunciado por peculado en una causa que involucra 126 mil dólares.
Tanto Dirceu como el otro peso pesado del petismo, José Genoino, fueron exculpados por estos cargos. No existe contra ellos evidencias concretas que los puedan vincular con la aprobación, asignación o cobro de los préstamos bancarios, ni del pago a legisladores. Sin embargo, el Ministerio Público y el procurador general dejaron en claro esta semana que no sólo los considera parte del esquema de corrupción, sino que serían el cerebro detrás de todas las ilegalidades, especialmente Dirceu.
Según la investigación que realizó el Congreso durante 2005, el mensalao habría sido diseñado por Dirceu, quien entonces no sólo era el jefe de Gobierno de Lula, sino también uno de los miembros más poderosos del partido. El esquema se dividía en dos partes. Por un lado, el financiamiento clandestino del partido, a través del desvío de fondos públicos y de la asignación de préstamos fraudulentos de entidades bancarias estatales. Por el otro, el destino de ese dinero. La dirigencia del PT utilizaba los millones de dólares no registrados para comprar legisladores y mantener su lealtad. Las “mensualidades” alcanzaban fácilmente miles de dólares y habrían involucrados a decenas de diputados.
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