El general Peter Pace quiere achicar la presencia militar en Irak de los más de 160.000 efectivos actualmente allí a alrededor de 100.000. Todavía no hizo el pedido, pero fuentes militares citadas por Los Angeles Times dicen que la solicitud es inminente.
El general Peter Pace, el militar de mayor rango en Estados Unidos, pedirá al presidente George W. Bush que reduzca la presencia de los algo más de 160.000 efectivos actualmente desplegados en Irak a casi la mitad. Bush, el Congreso y la jerarquía militar de Estados Unidos están enfrentados en una guerra verbal sobre la conveniencia o no de retirar las tropas estadounidenses de Irak, a tres semanas de la publicación de un informe que se anticipa decisivo.
El general Pace no lo ha dicho aún públicamente, pero fuentes militares y civiles citadas ayer por el diario Los Angeles Times adelantan que su intención es pedir al presidente que reduzca casi a la mitad los efectivos actualmente desplegados en Irak. Pace, jefe del estado mayor conjunto de las fuerzas armadas de Estados Unidos, probablemente aconsejará a Bush mantener durante 2008 a poco más de 100.000 de los 162.000 soldados ahora presentes, lo que provocará duras tensiones en los mandos militares, dijo Los Angeles Times, citando a funcionarios militares y del gobierno.
Un informe de los dieciséis organismos de inteligencia norteamericanos da cuenta de un sombrío panorama acerca del futuro de Irak y advierte que sus líderes son “incapaces de gobernar” de forma eficiente y que una reducción de las fuerzas estadounidenses podría aumentar la violencia sectaria.
El general Peter Pace, jefe saliente del estado mayor conjunto, se dispone a pedirle a Bush esta reducción de tropas para el año que viene para aliviar la presión que la guerra supone para las fuerzas armadas. La recomendación, que según el periódico será hecha en forma privada, pone de manifiesto las diferencias entre los militares y el gobierno sobre cómo proceder en Irak, ocho meses después de que se iniciara la política de Bush de incrementar en 30.000 hombres los efectivos desplegados en el país árabe.
La evaluación de Pace puede enfrentarse a otra que prepara el comandante estadounidense en Irak, el general de ejército David Petraeus, que llama a Estados Unidos “a mantener un alto número de militares en 2008 y más adelante”, dijo el periódico. Pace y los demás miembros del estado mayor están preocupados por el hecho de que la guerra en Irak “ha degradado la capacidad de respuesta de los militares de Estados Unidos frente a otras amenazas, como Irán”, dijo el Times. Mientras tanto, un alto oficial estadounidense dijo ayer que cualquier reducción de tropas en la zona de Irak bajo su mando durante este año constituiría “un paso atrás”, que permitiría a los insurgentes recuperar santuarios que les fueron arrebatados tras duras luchas.
El general de ejército Rick Lynch, quien está al frente de una división en la inestable zona central de Irak, en los alrededores del sur de Bagdad, dijo que las fuerzas de seguridad iraquíes no estarán prontas para garantizar la seguridad en el área antes de la primavera o el verano boreal de 2008. Los comentarios de Lynch confirman implícitamente las advertencias de funcionarios de la Casa Blanca en el sentido de que la estrategia de Bush de aumentar el número de soldados en Irak no conseguirá alcanzar uno de los objetivos clave: traspasar la responsabilidad de la seguridad en Irak a las fuerzas locales el 1º de noviembre de este año.
Los asesores de Bush dicen que tendrán más información cuando Petraeus, comandante estadounidense en Irak, y el embajador en Bagdad, Ryan Crocker, declaren ante el Congreso el mes próximo luego de que la Casa Blanca envíe a los legisladores su informe sobre la situación en el país árabe.
Bush, quien acusó a sus críticos de querer quitarles el apoyo a las tropas que están combatiendo, no ha dado señales de ceder a las presiones, a pesar de que los asesores mantienen abierta la opción del retiro. Una reducción inmediata en las tropas estadounidenses en Irak, como proponen muchos demócratas en el Congreso, fue apoyado firmemente ayer por un senador republicano clave, John Warner, miembro de la Comisión de las Fuerzas Armadas. Warner pidió a Bush que el 15 de septiembre anuncie “la primera etapa del retiro de nuestras fuerzas”. La iniciativa supondría un mensaje al gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, y a los países de la región en el sentido de que el involucramiento de Estados Unidos en Irak no es eterno, dijo Warner, quien acaba de regresar de Irak. “No hay que perder el impulso, pero ciertamente 5000 efectivos, entre más de 160.000, podrían empezar a retornar y estar en casa con sus familias y seres queridos antes de la Navidad de este año”, agregó.
“Aprecio los comentarios del senador. Pero esperaremos hasta que el embajador Crocker y el general Petraeus vuelvan de Bagdad y hagan su informe”, replicó el portavoz para la Seguridad Nacional, Gordon Johndroe. Pace será relevado a finales de septiembre como jefe del estado mayor por el actual jefe de la armada, almirante Michael Mullen. Este ha expresado, con incluso más vehemencia que el general Pace, su preocupación ante los efectos nocivos de las continuas y duras exigencias que la guerra en Irak supone para el ejército, siempre según Los Angeles Times.
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